Río de Janeiro, 6 jul.- La playa de Copacabana, uno de los más populares reductos para el ocio de los cariocas, sirvió hoy de escenario para una singular protesta en la que diez maniquíes con ojos vendados y vestidos con la camiseta de la selección Canarinha, reclamaban a la FIFA por sus millonarias ganancias del Mundial.
Los organizadores de la protesta, que llamó la atención de decenas de turistas que buscaban el domingo disfrutar de la playa y el sol, aseguran que el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff debe hacer algo urgente para que algo de los millonarios dividendos que está arrojando el Mundial, se quede en Brasil para beneficiar a las clases menos favorecidas.
"A pesar de que amamos el fútbol, de que apoyamos a nuestra selección, no queremos que lo que la FIFA y el gobierno hacen pase inadvertido", declaró a Efe Pedro Costa, miembro del grupo 'Rio de Paz', que auspicia la protesta junto con carteles que aseveran que la rectora del fútbol ha sido beneficiada con la exención de impuestos.
La entidad, que fue creada hace más de cinco años para poner en evidencia la falta de respuesta oficial frente a la violencia, ahora, ha puesto sus ojos en la falta de respuesta frente a la demanda de escuelas y centros hospitalarios, añadió Costa.
"Queremos que todos sepan, aquí y en el resto del mundo, que no somos ciegos", puntualizó.
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