Fallece Manolo Preciado a los 54 años de edad
"La vida me ha golpeado fuerte. Podría haberme hecho vulnerable y acabar pegándome un tiro, o podría mirar al cielo y crecer. Prefiero la segunda opción". Las palabras de Manolo Preciado han reflejado el sentimiento de un luchador nato que se había tenido que sobreponer a la desgracia en los últimos años.
Técnico afable y carismático. En menos de una década había sufrido tres golpes terribles, que demuestran hasta qué punto puede ser cruel la vida.
En el 2002 el entrenador perdió a su mujer por un cáncer de piel; en el 2004 murió su hijo menor de 15 años en un accidente de moto; y el año pasado falleció su padre, atropellado mientras ayudaba al hermano del entrenador a empujar un coche.
El recuerdo de Puri
En el verano del 2002, en plena pretemporada del Racing, perdió a su mujer por un cáncer de piel. A los 45 años, quedó viudo y con dos hijos. La desaparición de 'Puri' supuso un golpe tremendo para Preciado, que dejó el equipo cántabro el año siguiente.
El Levante, entonces en Segunda, fue su siguiente destino en la temporada 2003-04, con el recuerdo de la muerte de su esposa siempre presente. Desde entonces, antes de cada partido, el técnico sacaba de su chaqueta una fotografía de su mujer y la besaba.
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