Marcelo, el motor del Real Madrid

  • Desde hace una década, el lateral brasileño Marcelo tiene un gran peso en el vestuario del Real Madrid, tanto por su juego dinámico como por su influencia en el plantel, que intentará seguir haciendo valer el martes en el importante partido ante el París Saint-Germain en la Champions.

Si hay un precedente claro para él ese es Roberto Carlos: mismo puesto, misma nacionalidad, mismo club.

Los puntos en común entre Marcelo Vieira y Roberto Carlos son evidente: "Es mi ídolo, quiero seguir sus pasos", ha declarado en varias ocasiones el primero.

En once temporadas en el Santiago Bernabéu (1996-2007), Roberto Carlos se consagró como uno de los mejores laterales izquierdos del mundo, convirtiéndose en el jugador extranjero que ha disputado más partidos oficiales con el equipo 'merengue' (527).

Con apenas 27 años, Marcelo aspira a superar esa cifra en el futuro. Si juega el martes ante los parisinos llegará a 333 partidos (25 goles) con la camiseta blanca. El defensa, llegado a Madrid siendo muy joven, en 2006, tiene contrato con el equipo hasta 2020.

"Marcelo es el mejor, nunca lo dudé", se entusiasmaba el pasado año Roberto Carlos, citado por el diario deportivo español Marca. "Lo demuestra en cada partido, que es un futbolista inmenso y el mejor lateral izquierdo del mundo", añadió.

Marcelo ha estado presente en grandes noches del Real Madrid. Marcó uno de los goles de la final de la Liga de Campeones 2013-2014, en Lisboa ante el Atlético de Madrid (4-1 tras prórroga).

Su principal rival por jugar, el portugués Fabio Coentrao, terminó haciendo las maletas este verano boreal rumbo al Mónaco. Ello dejó a Marcelo con el camino despejado como único lateral zurdo puro.

"Juega muy bien, es un jugador muy importante para nosotros", resumió el viernes su entrenador, Rafael Benítez.

Rápido y técnico, el internacional brasileño supera a menudo las funciones tradicionales de un lateral.

Su juego dinamiza mucho el del equipo y sirve de complemento perfecto a los hombres de arriba, entre ellos a su amigo Cristiano Ronaldo, al que brindó una asistencia este sábado.

Además, su aportación defensiva ha ido mejorando: contra el Celta de Vigo, el 24 de octubre, el brasileño no sólo cerró el marcador en los últimos instantes (victoria blanca 3-1), sino que salvó sobre la línea un balón que podía convertirse en tanto para los gallegos.

La alegría de su juego se traduce también fuera de los terrenos: con su corte de pelo afro y sus tatuajes, Marcelo es muy querido en el vestuario y en la grada del Bernabéu. Sus bromas en la sala de prensa y en los entrenamientos son habituales, liberando en muchas ocasiones la presión que suele rodear a la 'Casa Blanca'.

Marcelo figura entre los jugadores más veteranos del plantel y lleva esta temporada el brazalete de capitán cuando el central Sergio Ramos, sucesor de Iker Casillas, está de baja.

"Siempre intento jugar con alegría y entusiasmo para hacer feliz al público", explicó el interesado después de un gol contra el Levante a mediados de octubre (3-0) ante un Santiago Bernabéu rendido. "Estoy muy feliz después de haber escuchado cómo cantaban mi nombre", admitió.

Ese cariño de la grada es una fuente de energía adicional para el infatigable Marcelo.

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