Matsumoto e Isaev se llevan el oro en una jornada negra para los españoles

  • La judoca japonesa Kaori Matsumoto y el ruso Mansur Isaev se subieron a los cajones más altos del podio en las categorías de -57 kilos y -73 kilos en una jornada en la que los dos españoles quedaron eliminados tras su primer combate.

Dani Bosque

Londres, 30 jul.- La judoca japonesa Kaori Matsumoto y el ruso Mansur Isaev se subieron a los cajones más altos del podio en las categorías de -57 kilos y -73 kilos en una jornada en la que los dos españoles quedaron eliminados tras su primer combate.

Tras la prometedora actuación del vitoriano Sugoi Uriarte, que perdió el bronce por decisión arbitral, la posibilidad de finalizar la sequía de medallas desde Sidney 2000 del judo español corría hoy a cargo de la extremeña Concepción Bellorín y del vizcaíno Kiyoshi Uematsu.

Sin embargo, a pesar de que ambos realizaron buenos combates, ninguna de los dos pudo alzarse con la victoria y quedaron eliminados de la competición olímpica a las primeras de cambio.

Uematsu, que con 34 años disputaba sus terceros Juegos Olímpicos tras Sidney y Atenas, se cruzó en primera ronda con el hueso más duro de roer, el ruso Mansur Isaev, que se acabaría llevando el oro.

Tras resistir el duro inicio del ruso, un portento físico, el representante español empezó a moverse con más soltura en el tatami hasta que marcó un yuko a pocos segundos del final que podría haber supuesto su victoria si los dos árbitros asistentes no lo hubieran anulado.

Finalmente, en el tiempo extra de un combate muy táctico y con pocas entradas, fue una sanción al vizcaíno por falta de combatividad la que le entregó un yuko y el combate a Isaev.

"Estamos un poco tristes porque se necesita mucho trabajo para venir hasta aquí y no veníamos solo a hacer un buen combate. Veníamos a intentar ganar. El primer combate era el más difícil hasta semifinales y pasarlo era vital porque después teníamos dos rondas más sencillas. Pero no ha podido ser", dijo Uematsu.

Aun más dura fue la derrota de Bellorín ante la húngara Hedvig Karakas ya que se produjo a pocos segundos del final y cuando tenía el combate casi ganado.

La española, debutante en unos Juegos, consiguió detener el ímpetu inicial de la húngara y asentarse sobre el tatami hasta que, a falta de menos de un minuto para el final, consiguió marcar un yuko haciéndola voltear por encima de ella.

Sin embargo, cuando todo parecía a su favor para pasar a octavos de final, Karakas la enganchó con la pierna y cayó totalmente de espaldas, lo que supuso un ippon cuando el reloj marcaba solo 12 segundos para el final.

"Se ha escapado. En el judo tienes que estar atenta en cada segundo y esta vez he fallado yo y ella lo ha aprovechado. No me lo podía creer", aseguró Bellorín, desencajada tras la derrota.

A pesar de las eliminaciones españolas, la competición de hoy ofreció emocionantes combates al espectador, especialmente en la categoría masculina donde los cuatro primeros clasificados del ránking mundial alcanzaron las semifinales.

Finalmente, el físico y la potencia del ruso Isaev se impusieron a la depurada técnica del surcoreano Ki-Chun Wang y el japonés Riki Nakaya, a quienes venció en la semifinal y la final respectivamente.

El surcoreano, número uno del mundo, apenas pudo subir al podio al perder el bronce contra el joven francés Ugo Legrand en la técnica de oro; como tampoco lo hizo el otro semifinalista, el holandés Dex Elmont que, falto de fuerzas después de su encuentro con Nakaya, cayó ante el mongol Nyam-Ochir Sainjargal.

La competición femenina vivió la consagración de la japonesa Kaori Matsumoto como la reina de la categoría de -57 kilos al ganar el oro por delante de la rumana Corina Caprioriu (plata) y la estadounidense Marti Malloy y la francesa Automne Pavia (bronce).

La jornada también ofreció una de las imágenes más dramáticas de lo que va de competición cuando los árbitros descalificaron a la joven brasileña Rafaela Silva, una de las favoritas a medallas, por realizar un agarre ilegal a su oponente.

Silva, subcampeona del mundo y campeona panamericana, se derrumbó entre lágrimas encima del tatami donde permaneció unos minutos hasta que, con la ayuda de su entrenadora y el rostro desencajado, abandonó el recinto incapaz de articular ninguna palabra.

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