Mil días sin obras en el estadio

  • La junta general de accionistas del Valencia coincide con los mil días de inactividad en las obras del futuro estadio de Mestalla, que se encuentran paradas desde febrero de 2009 por falta de liquidez en el club.

Alfonso Gil

Valencia, 16 nov.- La junta general de accionistas del Valencia coincide con los mil días de inactividad en las obras del futuro estadio de Mestalla, que se encuentran paradas desde febrero de 2009 por falta de liquidez en el club.

Las condiciones para que éstas se reanuden no se han concretado, ya que el club arrastra buena parte de los problemas económicos que tenía cuando se dejó de trabajar en el campo, pero ahora se vislumbran variaciones en el entorno que apuntan hacia la posibilidad de que el tema se retome en breve.

La posible adquisición de la parcela del actual Mestalla por un grupo inversor próximo a Bankia podría permitir al club saldar la deuda que tiene con esta entidad y que ronda los 250 millones de euros.

Ese paso, unido al apoyo más institucional que económico de la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia, podría contribuir a cerrar lo que en un principio se interpretó como un paréntesis, pero que ya dura mil días.

Será el próximo martes 22 cuando se cumplirán los mil días desde que el club admitiera, el 25 de febrero de 2009, que las obras estaban paralizadas e iban a estarlo mientras no hubiera liquidez en la entidad para afrontar la siguiente fase de la construcción del recinto.

Las obras habían comenzado a buen ritmo en agosto de 2007, pero en los meses previos a su paralización se había trabajado cada vez a un ritmo menor, hasta que dejó de haber actividad en el invierno de hace dos años.

Tras los primeros cuatro meses de inactividad en las obras del estadio y con una inversión pendiente para su finalización que ronda los 150 millones de euros, se produjo el relevo presidencial en el club, con la salida de Vicente Soriano y la llegada de Manuel Llorente.

El actual presidente afirmó desde el primer momento que las obras no se reanudarían hasta que se dieran las condiciones económicas para ello e insistió en que se trabajaba para que se dieran, pero también dijo que no se buscaría financiación para reanudarlas dada la deuda que tenía la entidad.

La situación era desesperada, ya que la deuda del Valencia ascendía a una cantidad próxima a los 550 millones de euros que, según fuentes del club, se ha reducido a los 370 millones en poco más de dos años.

Llorente ha afirmado desde su llegada a la presidencia que el nuevo estadio es necesario, aunque el proyecto que se desarrolló a mitad de la pasada década por iniciativa del entonces presidente Juan Soler y una coyuntura económica muy diferente a la actual "no fue el más acertado, pues le faltó austeridad y realismo".

Siempre ha indicado el presidente del club que el actual campo de Mestalla, con capacidad para 50.000 espectadores y ubicado en una parcela de 33.000 metros cuadrados se había quedado "obsoleto", pero también ha insistido en que la cuenta de resultados del Valencia no puede "aguantar un gasto como el del estadio".

En sus declaraciones más recientes ha insistido en que no hay novedades sustanciales de cara a la reanudación de las obras, aunque el club "no ha dejado de trabajar al respecto".

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ha afirmado que el club tiene que resolver el problema y que ayudará en lo que haga falta.

Al respecto, el grupo municipal socialista del Ayuntamiento de Valencia ha mantenido, tal y como afirmó hace un año la entonces concejal Mercedes Caballero, su convencimiento de que la única solución para acabar el estadio, dada la situación económica del club, iba a ser que lo pagarán el Ayuntamiento y la Generalitat.

Mostrar comentarios