Iker Casillas lleva años peleando por el título de mejor portero del mundo, y desde hace algunas temporadas, es una opinión extendida que lo es. El de Móstoles es un "obrador de milagros", logra realizar paradas espectaculares e imposibles para el resto de guardametas que le han valido al Madrid muchos triunfos. Y también a la Selección, ya que él fue el que nos llevó a las semifinales de la Eurocopa en la tanda de penaltis ante Italia y el que nos salvó ante Rusia, en semifinales, con una estirada para la historia.
No ha cuajado su mejor campaña, pero en gran medida se debe a que no ha entrado tanto en acción por el buen trabajo que han realizado sus compañeros en la zaga madridista. Pese a ello, ha dejado para el recuerdo intervenciones como la que hizo en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla.
En la pelea por el "trofeo Zamora" como el portero menos goleado ha terminado en segundo lugar, detrás de Víctor Valdés (35 goles encajados el madridista, 24 el culé). Precisamente el guardameta azulgrana es el gran dolor de cabeza de Casillas, ya que son muchos los que le quieren ver como titular en la portería de la Selección.
Dentro del grupo de internacionales, Iker es respetado y querido por todos sus compañeros, y les impregnará de sus ganas de redención tras la temporada sin títulos que ha cosechado en el Real Madrid.
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