Se sabía que Portugal iba a salir a la defensiva. Queiroz tenía en su cabeza montar una muralla defensiva al estilo Mourinho, sólo que el ex–entrenador del Real Madrid no es como el actual. Al hombre del traje le viene muy grande una selección como la portuguesa. Portugal se vuelve para casa porque su entrenador sólo pensaba en defender. Con un gol en contra, adiós al Mundial.
En Sudáfrica apenas se ha podido ver una sola jugada de Cristiano Ronaldo, porque la premisa principal era defender. El "siete" que le hicieron a Corea del Norte fue un mero espejismo porque esta Portugal apenas jugaba al ataque. Contra los asiáticos se encontraron a un equipo desarbolado donde sí pudieron hilvanar jugadas.
Nada más. Ni contra Costa de Marfil ni contra Brasil mostraron nada maravilloso en ataque. Cierto es que ante España contó con un par de ocasiones que fueron desbaratadas por Casillas, pero poquito más. Ni siquiera la entrada de Danny o Liedson en la segunda parte sirvieron de nada. Prácticamente ni hubo acoso final.
Queiroz se lo jugó todo en este Mundial a no encajar ni un tanto. El técnico llevaba buen camino porque en la fase de grupos ningún equipo había sido capaz de batir a Eduardo. Hasta que llegó el pichichi Villa y lo consiguió. Era el minuto 62 y Queiroz ya sabía que se volvía para casa. Meter un gol no estaba en sus planes. Toca cambio en el banquillo luso. Suena Aragonés.
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