Fernando Torres no está atravesando su mejor momento. Lo sabemos nosotros, lo sabe él y, posiblemente, el que mejor lo sepa sea Vicente del Bosque. Sin embargo, 'El Niño' fue titular ante Portugal como lo fue el viernes ante Chile y en el segundo choque del Mundial 2010 ante Honduras.
Y lo fue porque Vicente del Bosque tiene fe ciega en el delantero de Fuenlabrada. No sólo en sus goles y en su fútbol, el que se ve, sino, y sobre todo, en ese otro fútbol. El de los kilómetros abriendo huecos para sus compañeros, pegándose con las defensas rivales y dejándose la piel sobre el campo.
Fernando ha llegado al Mundial justo. Tanto que muchos creen que si el Mundial empezara hoy aún llegaría justo. Se le ve correr, desmarcarse y pelear, pero no está. No encara y cuando lo hace no tiene recursos. Es problema de confianza, es problema de cabeza. A más partidos y más minutos, más peligro para el rival.
El problema es que mientras coge su forma, España echa en falta la presencia de un jugador al cien por cien. Se llamen Silva o Navas en banda, se llame Llorente en la punta. La buena noticia es que estamos en cuartos y El Niño ya ha jugado tres partidos de pretemporada. El sábado comienza 'su' Mundial. Tiembla Paraguay.
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