Pepe Reina es una estrella. Y como estrella que es no podía ser el primero hablar, antes lo tuvieron que hacer los teloneros. Carlos Latre era el director elegido por la organización y el encargado de poner orden. Primero habló Iker y dio paso a Albiol. Después, el héroe de la final, Andrés Iniesta. Quiso cederle el testigo a Reina, pero Latre no le dejaba.
Así, fue pasando El Guaje o Vicente Del Bosque. Se tenía que calentar más el ambiente, aunque eso parecía imposible. Después de que Latre pronunciase los nombres de los campeones, y de escuchar la mítica canción "We are the Champions" de Queen, le tocó el turno a la estrella. Al showman. A Don Pepe Reina. Él era el esperado. El deseado.
Reina no defraudó. Y eso que hacía dos años, en la plaza de Colón, había dejado demasiado alto el listón. Casi insuperable. Comenzó cogiendo la Copa del Mundo y dedicándosela a la afición. Y agarró el micro. "Os queremos la hostia" fueron las primeras palabras. Al grito de "espartanos", hizo gritar a los otros 22. Y comenzó el show.
Uno a uno fue recordando a sus compañeros, bromeando con ellos, poniéndoles motes. Una vez más, como en el 2008. Primero comenzó con el resto de la delegación, después con los futbolistas. Hizo reír a todos. Una vez más. Y se despidió como la otra vez: "Con el 23, un humilde speaker" y clavando las rodillas en tierra. Reina volvió a reinar de nuevo en un escenario. Cuando deje el fútbol, ya tiene otro trabajo.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios