Tal vez había quienes le daban por retirado. Una leyenda que no terminaba de volver a estar en forma, castigado por las lesiones. Pero 'Don Rafael Nadal Parera' es mucho más que un tenista al uso, y lo volvió a demostrar este domingo en la final del Masters 1.000 de Roma, en la que fue implacable con Novak Djokovic (6-0, 4-6, 6-1).
En el capítulo número 54 de la rivalidad más larga de la historia del tenis, Nadal, número 2 del ránking ATP, se impuso tras una batalla de dos horas y 25 minutos a Djokovic, que le había negado este año la victoria en la final del Abierto de Australia.
El serbio concedió 'un rosco' en el primer set, algo que nunca había ocurrido en enfrentamientos con el español y que no le pasaba desde los cuartos de final de Roland Garros en 2017. Para Nadal era la cuarta vez en la semana que endosaba un 6-0 a uno de sus rivales (Jeremy Chardy, Fernando Verdasco, y Nikoloz Basilashvili).
En el segundo set se pudo comprobar el peligro de Djokovic, que comenzó muy incómodo pero no es alguien del que se pueda fiar nadie. Aunque le costó, y necesitó salvar cuatro bolas de break, logró llevarse el segundo set (6-4) para poner el empate y llevar a la final a la tercera manga.
Pero el manacorí estaba decidido a lograr su noveno título en la Ciudad Eterna, de forma que comenzó con un empuje mayor si cabe el set definitivo, logrando una contundente 6-1 para dejar claro que, por mucho que algunos duden, sigue siendo el rey de la tierra batida.
Tras quedarse a las puertas de la final en Montecarlo, Barcelona y Madrid, Nadal estrena su palmarés de 2019 en la antesala de la gran cita sobre tierra batida, Roland Garros, donde aspira a conquistar su duodécima 'Copa de los Mosqueteros'.
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