Llegó por la puerta de atrás. Estuvo dos años sin ser convocado por las lesiones. Pero después de sus dos golazos en el partido inaugural del Mundial de Rusia, Denís Chéryshev se ha convertido en el nuevo héroe del fútbol ruso. Con las estadísticas en la mano puede presumir de contribuir a que el 14 de julio de 2018 suponga un antes y un después para Rusia.
"No tengo palabras para decir lo que siento. Esperamos seguir trabajando para que Rusia llegue lo más lejos posible", comentó después de alcanzar el sueño con unos ojos que reflejaban ilusión y una gran satisfacción.
Las cosas pintaban muy mal antes del partido después de una racha de siete partidos sin ganar, por lo que ahora la prensa y los aficionados rusos no escatiman elogios para el futbolista del Villarreal criado en la cantera del Real Madrid.
Pocos son los jugadores que pueden presumir de marcar un gol en un Mundial, más aún si tu país es el anfitrión y es el partido inaugural. Cheryshev marcó no uno, sino dos goles, además ambos de bella factura, que a buen seguro figurarán entre los mejores de la primera fase, sino del torneo.
El hombre del partido había tenido unos días duros, ya que había recibido críticas por responder sólo en castellano a las preguntas de la prensa tras el último partido de preparación contra Turquía. Pero la tormenta fue pasajera. En el fútbol la memoria es corta, tanto para lo bueno como para lo malo.
Denís le debe mucho a su padre, al que acompañó con cinco años a España cuando éste fichó por el Sporting de Gijón en 1996 y a los diez años entró en las secciones inferiores del Real Madrid, equipo que sigue llevando en el corazón pese a su traumática salida del club.
En el cuerpo técnico hay alguien que le conoce muy bien. Es el español Paulino Granero, preparador físico de la selección rusa y del CSKA Moscú.
"Ha llegado muy bien al Mundial. Está muy bien físicamente. En cada entrenamiento está a un nivel altísimo. Por eso no me sorprende lo que está haciendo, ya que lo demuestra cada día", comentó el andaluz.
Con todo, Denís no echa las campanas al vuelo, ya que el objetivo no es ganar el partido inaugural, sino clasificarse para los octavos de final, algo que la selección rusa nunca ha logrado desde la caída de la URSS. Pero este no sería el único dato estadístico que pasará a la historia del partido inaugural del Mundial de Rusia 2018:
1.- El anfitrión nunca pierde el partido inaugural. En diez aperturas de la Copa del Mundo que disputaron los anfitriones se han registrado 7 victorias y 3 empates.
2.- Denis Cheryshev y Artem Dzyuba, primeros no titulares que marcan en un partido inaugural.
3.- Rusia acabó con su peor racha sin victoria en la Copa del Mundo: 5 partidos.
4.- Por primera vez, dos jugadores -Yuri Gazinski y Denis Cheryshev- marcaron su primer gol internacional en un partido inaugural.
5.- Rusia logró su segunda victoria por mayor margen en una Copa del Mundo, igualando el 6-1 de 1994 contra Camerún -en el que Oleg Salenko marcó 5 goles-. La mayor es el 6-0 logrado por la Unión Soviética sobre Hungría, en 1986. El 5-0 a Arabia Saudí es, además, la segunda mayor victoria en una jornada inaugural de la Copa del Mundo, tras el 7-1 que le endosó Italia a Estados Unidos, en 1934.
6.- El 14 de junio dejó de ser maldito para los rusos. Las tres anteriores ocasiones en que jugó un partido del Mundial en esa fecha, perdió.
7.- La entrada de Denis Cheryshev en el minuto 24, en sustitución de Dzagoev, ha sido el relevo más rápido de la selección rusa en un partido mundialista, por delante de Dmitri Sychev, que entró en el campo en el minuto 34 del encuentro contra Bélgica, en 2002.
8.- Arabia Saudí, que contra Rusia alcanzó el centenar de partidos mundialistas, encadena 11 encuentros de Copas del Mundo sin victoria (9 derrotas y dos empates). En todos fue incapaz de mantener la portería a cero.
9.- Desde que Japón se impusiese a Dinamarca por 3-1, en Sudáfrica 2010, ninguna selección asiática ha logrado vencer un partido del Mundial (12 derrotas y 4 empates).
10.- Néstor Pitana es el tercer árbitro argentino que dirige un partido inaugural, tras Ángel Coerezza, en 1978 y Horacio Elizondo, en 1986.
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