Olazábal asume la responsabilidad de mantener el espíritu de Ballesteros

  • Orgulloso y agradecido ha afirmado sentirse hoy el golfista vasco José María Olazábal tres días antes de recibir el premio Príncipe de Asturias de los Deportes asumiendo la "gran responsabilidad" tomar el relevo de Severiano Ballesteros, galardonado en 1989, para "seguir sus pasos y mantener su espíritu".

Oviedo (España), 22 oct.- Orgulloso y agradecido ha afirmado sentirse hoy el golfista vasco José María Olazábal tres días antes de recibir el premio Príncipe de Asturias de los Deportes asumiendo la "gran responsabilidad" tomar el relevo de Severiano Ballesteros, galardonado en 1989, para "seguir sus pasos y mantener su espíritu".

Olazábal ha sido el primer galardonado en la edición de 2013 en llegar a Oviedo, donde el próximo viernes se celebrará la ceremonia de entrega de los premios Príncipe, para trasladar en primer lugar en su comparecencia ante los periodistas su recuerdo para el fallecido deportista cántabro.

El hecho de convertirse en el segundo golfista premiado en 27 años tras Ballesteros representa para Olazábal "una gran responsabilidad" dado el "especial cariño" que le tenía al jugador que, a su juicio, sigue representando, tanto en España como en el resto del mundo, "la figura máxima del golf.

"Él fue el que cambió la imagen de este deporte, en España y en Europa, rompió muchas barreras. Colocó el golf europeo en el mundo, fue el primero que desafió de verdad la supremacía de Estados Unidos", ha señalado el dos veces campeón del Masters de Augusta.

Olazábal ha asegurado que, desde la humildad, no puede compararse a la figura de Ballesteros, pero sí asumir la responsabilidad "de seguir sus pasos y mantener su espíritu" que, ha subrayado, siempre fue el de la lucha y la superación.

Esa actitud, ha apuntado, ha procurado hacerla suya tras haberla aprendido de Ballesteros con el que compartió "momentos únicos y especiales", fundamentalmente en la Ryder Cup, pero también cuando ambos entrenaban juntos en Estados Unidos o pasaban largas temporadas fuera de casa participando en torneos.

Olazábal ha recordado que fue la extenista Arantxa Sánchez Vicario, que presidía el jurado que concedió el galardón, quien le notificó el fallo mientras se desplazaba en un coche durante su participación en un torneo en Alemania y que tuvo que "contener" la alegría que le supuso la noticia dado que no estaba solo y que le pidió que fuera "lo más discreto posible".

"Este premio no se concede con mucha facilidad. Hay que hacer muchas cosas bien e incluye una serie de valores que no son sólo los resultados deportivos y todo cuenta", ha advertido.

Antes de recibir el galardón el próximo viernes, el golfista de Hondarribia tiene previsto participar en distintas actividades organizadas dentro de la denominada 'Semana de los Premios' que se iniciarán esta tarde con su participación en las finales del 'Avilés City Putt', el campeonato de mini-golf de la ciudad.

Tanto en ese acto como en el encuentro que mantendrá mañana con jugadores de distintos clubes de Asturias, Olazábal pretende trasladar a los golfistas, especialmente a los más jóvenes, la influencia en el juego de factores como contar con una actitud positiva y actuar con seriedad en el trabajo.

Así, ha señalado que, aunque tanto el perfil del jugador como las condiciones de los campos hayan cambiado mucho desde que él se inició en el golf y ahora se imponga un tipo de deportista "más pegador", el 'juego corto' y la mentalidad siguen siendo esenciales en su deporte.

"Eso es lo que podemos aportar a los jóvenes, nuestro conocimiento, algo que vas adquiriendo según van pasando los años por que nadie nace sabiendo y, a veces, es un proceso largo", ha añadido.

En cuanto a la situación del golf en España, se ha mostrado convencido de que sigue habiendo grandes jugadores entre los que ha mencionado de forma especial en Sergio García en el que ha asegurado que sigue creyendo "ciegamente" pese a que todavía no haya ganado ningún torneo 'grande' en su carrera, "que antes o después caerá".

Olazábal fue galardonado con el Príncipe de Asturias de los Deportes por ser uno de los mejores golfistas de todos los tiempos y digno sucesor del espíritu de Severiano Ballesteros así como por haber demostrado "una capacidad de superación encomiable, un talante competitivo y unas cualidades humanas admiradas por todos".

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