Tras la medalla de bronce de Natalia Rodríguez en féminas, la prueba de 1.500 masculina volvía a lucir como la mejor oportunidad para cosechar un buen resultado en la delegación española. Olmedo estuvo a punto de emular a la tarraconense, pero se quedó a 24 centésimas del bronce que se colgó el estadounidense Matthew Centrowitz.
Desde el principio se vio que la carrera favorecía al estilo del sevillano, con el ritmo lento que impuso el neozelandés Nicholas Willis, generando durante media carrera un ritmo sostenido y sin sobresaltos que no provocó excesivo desgaste entre los doce finalistas.
El cambio de ritmo llegó con el desembarco de la carrera de los tres africanos, Kiprop y Silas Kiplagat, que a la postre lograrían el doblete, y el etíope Mekonnen Gebremedhin. Olmedo afrontó la última vuelta bien colocado, en sexta posición y por la primera calle. Los últimos doscientos metros del español fueron muy buenos y su gran remontada a punto estuvo de procurarle una medalla. Al final se conformó con un cuarto puesto muy meritorio.
Por delante se disputaron el triunfo el imponente Kiprop, con su zancada poderosa, y el menudo Kiplagat, en un duelo que se decantó del lado del primero. De esta forma, el vigente campeón olímpico pudo sumar su primer título mundial con una marca poco llamativa de 3:35.69, seguido de su compatriota, que certificó la plata con 3:36.08, y de Centrowitz (3:36.33), bronce.
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