Paola Espinosa celebrará el cumpleaños de su vida con una fiesta en el agua

  • Paola Espinosa, tal vez la deportista más enigmática y triunfadora de México, celebrará mañana su vigésimo sexto cumpleaños con una fiesta en la piscina de clavados, donde buscará su segunda medalla olímpica en los saltos sincronizados desde la plataforma de 10 metros.

Gustavo Borges

Londres, 30 jul.- Paola Espinosa, tal vez la deportista más enigmática y triunfadora de México, celebrará mañana su vigésimo sexto cumpleaños con una fiesta en la piscina de clavados, donde buscará su segunda medalla olímpica en los saltos sincronizados desde la plataforma de 10 metros.

Originaria de Baja California, en el noroeste de México, Paola es una de las chicas más encantadoras del deporte mexicano. Los medios la piropean a menudo por su gracia, sus hermosos ojos negros y su mirada pícara, pero sobre todo es respetada por llevar casi diez años entre las mejores del circuito mundial de saltos.

Fue finalista en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 con 18 años. Sin embargo, su primer gran triunfo fue la medalla de bronce en Pekín 2008 junto a Tatiana Ortiz en la prueba en la que competirá mañana.

Semanas después de aquellos Juegos, Tatiana se retiró por un tiempo y Paola aprovechó para hacerle culto a la soledad de la mejor manera, concentrada en la prueba individual de plataforma en la que ganó en el 2009 el título mundial delante de las favoritas chinas.

En un alarde de consistencia, volvió a ser medallista en los Mundiales de Shanghái 2011, en los que si bien no pudo vencer a las chinas en casa, se mantuvo vigente como la mejor saltadora latinoamericana en el presente siglo.

Tan enigmática como en la piscina, donde cautiva con sus ejecuciones con alto grado de dificultad, fuera del tanque de clavados Paola parece estar rodeada de un gran misterio que ella misma alimenta cuando reconoce tener novio pero oculta su nombre, o mantiene a raya a los periodistas, pero cuando les da una exclusiva, los trata como si fueran de su familia.

Da la impresión de ser la mujer más alegre de México, pero pocos saben que sufre dolores de todos tipos y para sobrevivir a la presión de rivales de 15 años, necesita someterse a terapias con hielo, masajes y duros procesos de recuperación, única forma de controlar la rebeldía de sus músculos y tendones.

Mañana saltará junto a la adolescente Alejandra Orozco, la más joven de la delegación mexicana, en busca de una medalla en los saltos sincronizados desde la plataforma y el 9 de agosto volverá al tanque en solitario para retar a las chinas Chen Ruolin y Wang Hao.

Los medios mexicanos la califican como la esperanza, pero ella no se lo toma en serio porque ya logró todo en su deporte y Londres 2012 sólo será un pretexto para gozar de un privilegio reservado a unos pocos elegidos, competir en Juegos Olímpicos con posibilidades de ganar medalla en el día de su cumpleaños.

Ganar una presea será tan dulce como uno de esos pasteles que Paola casi nunca se pude comer porque debe mantenerse en el peso correcto, pero si no la conquista, no habrá crisis porque se trata de una deportista que si bien a veces es dura, tiene claro que tan bueno como ser campeona es ser feliz como ser humano.

"Ser campeona olímpica en Londres 2012 es mi mejor sueño, pero lograrlo no me cambiará la vida", dijo hace poco a Efe en un arranque de sabiduría.

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