El Real Madrid se adelantó por 0-2 en Balaídos, pero a partir de ahí, el Celta buscó la remontada con todos sus efectivos. Los Nolito, Orellana, Aspas y Augusto comandaron una cruzada en busca del empate que si no dio sus frutos, fue por culpa de un futbolista en estado de gracia: Keylor Navas.
El guardameta del Real Madrid apagó todos los fuegos habidos y por haber en el terreno de juego de Balaídos. Orellana aprovechó un balón suelto dentro del área para realizar un disparo en diagonal de esos que van desde dentro hacia fuera, haciendo casi imposible cualquier tipo de estirada para el cancerbero. Sin embargo, nada es imposible para un Keylor que sacó a pasear su manopla izquierda para evitar el tanto vigués.
El siguiente turno en el bombardeo celeste lo pidió Jonny. El lateral, desbordado en los dos goles del Real Madrid debido a la falta de ayudas de los centrocampistas, probó fortuna desde la lejanía con un tiro que le botó jutos delante al portero costarricense, pero no hubo problema. Keylor despejó a córner.
Cuando parecía que ya se había visto todo, el show de atajadas del guardameta del Real Madrid alcanzó su apogeo con un despeje a bocajarro ante Iago Aspas. El delantero gallego se encontró el cuero en el punto de penalti y remató forzado, pero hacia el flanco derecho de la portería. La parada fue antológica, una de esas que solo los más grandes pueden realizar.
Finalmente, al filo del descanso, el 'Tucu' Hernández remató de cabeza una falta lateral de los locales y, una vez más, el omnipresente Keylor Navas hizo maravillas para mantener su portería a cero.
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