Peraud, el veterano que desafía a los jóvenes

  • A los 37 años, el francés Jean-Christophe Peraud representa la eclosión tardía de un hombre duro de pelar, un batallador de paciencia ajeno al brillo y apegado al trabajo sin ruido.

Luis Miguel Pascual

Pla d'Adet (Francia), 23 jul.- A los 37 años, el francés Jean-Christophe Peraud representa la eclosión tardía de un hombre duro de pelar, un batallador de paciencia ajeno al brillo y apegado al trabajo sin ruido.

En el Tour que se anunciaba como el del relevo generacional, el francés del AG2R está a 8 segundos de subir al podio de París y a 42 de la segunda posición, a falta de la última etapa de alta montaña, con el Tourmalet y la meta en el Hautacam, y una contrarreloj de 54 kilómetros, la única de la edición.

Su éxito retrasaría la llegada de esa nueva generación de ciclistas franceses que han mantenido a los galos pegados al televisor durante el Tour.

Peraud, un ciclista nacido en Toulouse y procedente de la bicicleta de montaña, especialidad de la que en 2008 fue subcampeón del mundo, llegó a la carretera con 33 años. Desde entonces no he hecho mucho ruido, sin grandes resultados.

El año pasado parecía el ciclista francés más sólido, noveno de la general tras 16 etapas, pero se cayó en el reconocimiento de la contrarreloj entre Embrum y Chorges y, posteriormente, volvió a caerse en la etapa, lo que le obligó a abandonar con una clavícula fracturada.

Ese año había logrado su mejor clasificación en una carrera, el tercer puesto de la París-Niza.

En 2014 ganó el Criterium Internacional, pero llegó al Tour ensombrecido en el seno del AG2R por la estrella ascendente, Romain Bardet, un ciclista de 23 años en el que toda Francia ve la regeneración del ciclismo galo. Pero la carretera le propulsó al primer plano, al mostrarse más sólido que el joven de Auvernia, lo que le eliminó la resistencia de dentro de casa.

Ahora tiene en el punto de mira a otro joven francés, Thibaut Pinot, de 24 años, del que solo le separan 8 segundos para desalojarle del podio.

Una renta diminuta si la aguanta en el Hautacam sabiendo que por delante resta la contrarreloj.

"JC", o "Jicé", como le conocen sus compañeros, ha demostrado una gran regularidad a lo largo del Tour.

En la alta montaña, que supuestamente no es su terreno, ha logrado estar entre los mejores, siempre al lado de Nibali, el más fuerte, mientras que sus rivales por el podio han ido dando la de cal después de la de arena.

Una regularidad que él mismo antepone como su principal virtud, sin alarmarse cuando los jóvenes le venían apretando.

Perdió algo de tiempo en la primera etapa alpina, con cima en Chamrouse, pero en la segunda, en Risoul, fue el único de los favoritos que aguantó a Nibali, algo que repitió en las dos etapas pirenaicas.

En Pla d'Adet fue el único que se fue con el maillot amarillo, mientras que los otros dos candidatos al podio, Pinot y Alejandro Valverde cedían casi un minuto.

Si finalmente logra desbancar del podio a su compatriota Pinot, retrasará la llegada de la joven generación francesa y completará uno de los podios más veteranos de la historia del Tour, junto con Nibali, de 29 años, y Valverde, de 34.

Entre los tres suman 100 años, mientras que el de 2011, el más veterano de los últimos años, con el australiano Cadel Evans, de 34, como ganador por delante de los hermanos Schleck, sumaba 91 y el del año pasado, 85.

Peraud sabe que tiene menos "glamour" que sus jóvenes compatriotas, pero representa los valores del esfuerzo, la humildad y la constancia, muy apreciados por los aficionados.

Ahora, en el ocaso de su carrera, el éxito le tiende la mano en una disciplina más mediática que la de la bicicleta de montaña, en la que durante años fue uno de los mejores del mundo.

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