La práctica "esclavista" que amenaza al seleccionador inglés Sam Allardyce

El seleccionador inglés Sam Allardyce fue sorprendido explicando cómo sortear la prohibición de que terceras partes sean propietarias de los jugadores, una práctica tildada de "esclavista" por la FIFA.

Este sistema, conocido en inglés como TPO (third-party ownership) saltó al primer plano en 2006 con la llegada de los argentinos Javier Mascherano y Carlos Tévez al West Ham de Londres, pero era muy habitual en el fútbol sudamericano hasta su prohibición completa por la FIFA el año pasado.

En el modelo tradicional, los derechos sobre los jugadores son vendidos y comprados por clubes a cambio de un montante en concepto de traspaso.

En realidad, los jugadores, sus agentes y clubes anteriores reciben una parte del traspaso, pero la propiedad completa del jugador es de los clubes.

Bajo el sistema de terceros propietarios, otra entidad -agentes, empresas, fondos de inversiones- es propietaria parcial o totalmente de los derechos sobre el jugador.

Este sistema fue muy frecuente en las ligas americanas para competir con los todopoderosos campeonatos europeos en un mercado cada vez más globalizado.

Las terceras partes ofrecen sus jugadores jóvenes a clubes de la liga local, prestándoles el jugador y proporcionando apoyo financiero a los clubes, a cambio de una parte de los futuros traspasos.

El sistema ayuda a descubrir talentos en países donde las redes de reclutamiento están poco desarrolladas, explicó Rob Wilson, un experto en finanzas del fútbol en la Universidad británica Sheffield Hallam.

Por ejemplo, "tienes un jugador brasileño que vive en una favela y nunca va a salir de ese entorno", explicó a la AFP.

"Alguien lo ve jugar, piensa que será muy bueno, y le dice 'firma conmigo, tendré tus derechos y me aseguraré de que juegues en un club'", añadió.

Los partidarios del sistema aseguran que además ayuda a los clubes más modestos a comprar jugadores, porque sólo tienen que pagar una parte de los derechos.

El sistema saltó a primera plana en 2007 cuando el West Ham fue multado con 5,5 millones (en la actualidad 6,3 millones de euros, y 7,1 millones de dólares) por la compra de Tevez y Mascherano del club brasileño Corinthians.

La propiedad de terceros no se prohibió entonces, pero la Federación inglesa (FA) dictó que el club había vulnerado las reglas que prohibían a esas terceras partes influir en los traspasos.

La Premier League prohibió finalmente el sistema en 2008, argumentando que planteaba demasiadas dudas "sobre la integridad de la competición", mientras que la FIFA empezó en 2014 los trámites para su prohibición, que se concretó un año más tarde.

"Está el argumento de que puedes hacer que el jugador haga lo que tú quieras porque posees sus derechos", explicó Wilson.

Este experto señaló además que las terceras partes tienen interés en que los jugadores estén poco tiempo en un club y sean traspasados muchas veces, desestabilizando a los equipos.

Finalmente, este sistema da a la tercera parte la posibilidad de traspasar a un jugador contra su voluntad, dijo Wilson, y la de reclamar una parte de cada uno de los activos del jugador -derechos de imagen, salarios...- lo que llevó al antiguo presidente de la UEFA, Michel Platini, a describirlo como "un tipo de esclavitud".

El nuevo entrenador inglés dijo presuntamente a periodistas del Daily Telegraph que se hicieron pasar por inversores asiáticos que sortear las reglas sobre la propiedad de terceros "no es ningún problema" y que conocía a agentes que "lo hacen todo el tiempo".

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