Pujol gana extenuado la tercera etapa, Zugasti un líder indignado

  • El español Óscar Pujol (Powerade) llegó, vio y se desvaneció como vencedor de la tercera etapa de la Titan Desert bajo un sol abrasador que volvió a machacar las fuerzas de los supervivientes de la prueba más dura de bicicleta de montaña, en la que Ibon Zugasti (ProBike) mantuvo el maillot rojo a pesar de tener "el enemigo en casa".

Carlos de Torres

Boudnib (Marruecos), 29 abr.- El español Óscar Pujol (Powerade) llegó, vio y se desvaneció como vencedor de la tercera etapa de la Titan Desert bajo un sol abrasador que volvió a machacar las fuerzas de los supervivientes de la prueba más dura de bicicleta de montaña, en la que Ibon Zugasti (ProBike) mantuvo el maillot rojo a pesar de tener "el enemigo en casa".

Los 146 kilómetros entre Gourrama y Boudnib acercaron al pelotón hacia el desierto más crudo de Marruecos, en una jornada marcada por la presencia de bancos de arena que frenan cada pedalada. Una prueba de fuego después del "martirio" de la etapa maratón, en la que se retiraron 45 ciclistas.

Pujol, catalán profesional en ruta que tiene permiso del Sky Dubai para correr la Titan, quemó las naves de principio a fin hasta lograr el objetivo de ganar una etapa como debutante. Atacó en el Col de Belkasen, a 10 kilómetros de meta, un paso de suelo rocoso y escalonado de los que hay que poner pie a tierra para dejar la compañía de Diego Tamayo y llegar en vencedor.

Atravesar la pancarta y tirarse al suelo fue todo uno. De ahí a la tienda de campaña del servicio médico, agotado, mareado, sin tiempo para celebraciones. Poco después llegaban Tamayo a 40 segundos y el español Josep Betelú a 17 minutos, quien dejó la compañía de su jefe de filas y líder Ibon Zugasti, lo que encendió al vasco.

El grupo de Milton Ramos y Zugasti se bajó de la bici a 19 minutos. Al de Leko apenas se le veía el rostro por el "maquillaje" de arena propio de más de 5 horas sobre la bicicleta, pero se le notaba una excepcional ira a pesar de haber mantenido el liderato. En el punto de mira su compañero Josep Betelú.

"Hoy he descubierto el suelo. menuda "leche" que me he pegado, y encima se me ha roto el pedal a falta de 40 kilómetros y mi propio compañero ha tirado. No lo entiendo y me da igual decirlo así. No lo entiendo, y no pienso hablar con él", dio el guipuzcoano, quien considera "improbable" que comparta haima con Betelú en la noche que espera en el campamento de Boudnib.

A pesar de la maniobra "fratricida" Zugasti conservó el maillot rojo con 1.56 minutos sobre el checo Ondrej Fojtik y 8.09 respecto a Milton Ramos, quien afila las uñas ante la llegada de las dunas, su territorio.

En categoría femenina se sigue mostrando intratable la catalana Claudia Galicia, que lleva un "hat trick" y es la líder indiscutible. Tal vez la única que disfrutó "como una enana" en la ya famosa etapa maratón.

La Titan no deja respiro. La edición más larga de la historia volvió a ser una prueba de supervivencia para los supervivientes, todos ellos con el recuerdo de la víspera. Los exprofesionales Luis Pasamontes y Fran Pérez comentaban en meta "la soledad" del biker, a diferencia del corredor en ruta que siempre puede contar con el auxilio del coche de equipo.

"En el desierto hay que mirar siempre al suelo, buscar las zonas más duras del camino y fijarse en lo que hacen los expertos. No tienes ayuda de nadie y tienes que buscarte la vida ante cualquier dificultad", comentaban mientras buscaban bebida como si realmente estuvieran perdidos en medio del desierto.

La cuarta etapa llegará a una de las zonas más espectaculares de dunas de todo Marruecos. Serán 119 kilómetros entre Boudnib y Erg Chebbi. Una ruta rápida enlaza con zona desértica cien por cien. No faltarán los "oueds", los ríos, la mayor parte secos a estas alturas del año. Luego, para finalizar, un regalo para la vista: las montañas rojas de arena.

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