El Real Madrid no será Campeón de Liga este domingo. Con esa máxima salió a Vallecas el Barcelona, consciente de que su afición, que le despidió con aplausos tras ser eliminado de la Champions, es lo único que le exige. Entrega.
No se dejó nada Guardiola. Bueno, casi nada. Porque Pep decidió que Valdés se merece el 'Zamora' y le dejó en el banquillo para que, de paso, Pinto vaya cogiendo confianza de cara a la final de Copa, donde volverá a ser titular. Y se dejó en el banquillo a Dani Alves para dar entrada a Montoya, una suplencia más del brasileño.
El partido en sí no tuvo color. El Barça dio un puñetazo en la mesa para que el Rayo no se le subiera a las barbas y en cuanto llegó al área marcó. Messi abrió la cuenta para seguir su duelo con Cristiano y después hubo multitud de ocasiones.
Keita, estelar todo el partido, sentenció el choque con el tercero después de que Alexis hubiera puesto el 0-2 en el marcador con ayuda de Rober (qué mala suerte la del canterano). Los jugadores azulgranas intentaron hacer más goles, pero el Rayo se defendió como pudo.
En la segunda parte, el mismo guión. Ocasión tras ocasión del Barcelona y al final, 0-7, que es un resultado escandaloso para el Rayo. Los de Guardiola retrasan el alirón madridista, que es lo que les pedía su afición. Al menos, por ellos, que no quede.
Óscar Rodríguez
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