Real Madrid 5-0 Betis: James da licencia para soñar a los de Benítez

    • Asistió a Bale en el primer tanto y anotó dos goles espectaculares: uno de falta a la escuadra y otro de chilena.
    • El Real Madrid aleja los fantasmas con una goleada ante el Betis (5-0) que completaron Benzema y el galés, que anotó un doblete. Keylor paró un penalti y fue ovacionado.
James celebra un gol contra el Betis. / AFP
James celebra un gol contra el Betis. / AFP

Menos de dos minutos tardó el Real Madrid en callar horas de debate. James, que fue suplente en la primera jornada ante el Sporting, sirvió un balón de gol a Bale para que el galés anotará el primer tanto del conjunto blanco. Se ha hablado mucho del gol pero cuando las situaciones de peligro fluyen con asiduidad sólo es necesario esperar para que este llegue. Ese tanto alejó fantasmas y quitó complejos a un Real Madrid que goleó al Betis (5-0) en su estreno en partido oficial en el Bernabéu en esta temporada.

La poca claridad que se tuvo en área rival ante el Sporting amaneció de la nada ante un Betis que salió a partirse la cara contra el equipo que, probablemente, más fuerte atice del mundo. Ese gol de Bale fue un jab que mandó a la lona al conjunto andaluz. No supo reponerse. Ahí, el Real Madrid, enervado por la fiereza de su primer golpe, olió la sangre y comenzó a atacar en oleadas: el segundo pululaba en el ambiente. Seguramente lo que estaba viendo Benítez desde el banquillo no distaba mucho de lo que espera. Movilidad continua, presión alta y ganas de hacer daño. Simplemente era un esbozo de los que podrá ser su obra en un futuro pero el Bernabéu disfrutaba.

En plena ofensiva madridista, Benzema, que volvió a ser titular, estampó un balón ante Adán en lugar de dársela a Ronaldo. Eso no suele ocurrir. Tras las dudas sobre su futuro en el equipo, que él se encargó de callar, el francés volvió asociarse con vehemencia de forma coherente y generó espacios para los que atacan por los flancos. Para hacer un juicio de opinión sobre el galo hay que partir de la base que Cristiano Ronaldo y Bale, con cifras de goles desorbitadas, son los delanteros de un equipo que carece de productividad ofensiva cuando no pisa la hierba.

Tras la ocasión del francés, Cristiano lanzó una falta a puerta y Adán desbarató, Kroos probó al exmeta madridista desde lejos y Danilo también se animó. Ahí pereció la ofensiva blanca. Duró poco más de 15 minutos pero con esa media se llegaba al notable en una primera parte donde el Real Madrid decidió coger aire hasta que se le hiciera la luz a alguno de sus hombres en ataque.

James marca la diferencia con dos obras de arte

Y ahí apareció James. El jugador imprevisible que suele desembozar el ataque en estático del Real Madrid gracias a su precisión en el pase y verticalidad. En el primero vio el desmarque de Bale y la puso en su cabeza, en el segundo simplemente la coló en el angulo imposible. Después de que Adán desbaratara un mano a mano a Cristiano, el colombiano sacó una falta y colocó el esférico en el ángulo perfecto.

El partido se le podía haber complicado al Real Madrid pero emergió Keylor Navas para hacer una demostración de sus condiciones como portero para rebañar como un felino un balón de gol a Rubén Castro y posteriormente para parar un penalti al delanero canario cuando el Betis buscaba el gol del honor. El meta dijo:'Aquí estoy yo' y el Bernabéu le respondió con una cálida ovación. El estadio blanco también habló. La portería de Concha Espina está en buenas manos.

Parecía que los 15 minutos del descanso iban mermar el ánimo madridista pero eso no ocurre cuando tienes una cuenta pendiente con la opinión pública. En su ánimo por volver a ilusionar y confirmarse como el nueve perfecto, Benzema hizo el tercero de la noche de cabeza tras una buena asociación de James que Bale acabó sirviendo desde la banda. 3-0 pero la fiesta no había hecho nada más que comenzar. Principalmente porque el '10' madridista estaba invitado. El colombiano se encargó de firmar un doblete y hacer el cuarto de la noche con una chilena espectacular. El Bernabéu era una fiesta y había una sensación: aquí hay Madrid para rato.

Para que el delirio fuera completo faltaba el gol de Cristiano. El luso se encontró hasta en tres ocasiones con un Adán que desbarató todas sus intentonas. CR7 se enemistaba contra el mundo mientras Bale hacía el quinto de un disparo lejano. Entre el galés y James alejaron fantasmas y pusieron fin al debate del gol: este Real Madrid tiene licencia para soñar.

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