Real Madrid 7-3 Sevilla: El 'comandante' Ronaldo y el explosivo Bale triunfan en un partido alocado

    • El galés fue el jugador del partido al marcar dos goles y dar dos asistencias; mientras que el luso anotó otros tres y le devolvió la imitación a Blatter.
    • El Sevilla nunca perdió la cara al partido y se sumó al juego de ida y vuelta en el que sobraba el medio del campo.

Cristiano Ronaldo -que lleva quince goles en diez partidos al Sevilla-, Bale y Benzema triunfaron en un partido sin defensa y sin medio del campo. El luso firmó tres goles, los mismos que pudo hacer Rakitic en las filas andaluzas si no hubiese fallado el tercero de los penaltis que pitó un Teixeira Vitienes que no intervino en el resultado gracias a la pegada blanca. Desde el minuto uno, el partido fue un ir y venir, con dos contrincantes más preocupados de atacar y marcar que de defender.

Partidos como éstos son los que gustan al Bernabéu, con el Madrid mostrando su potencial de cara a puerta y con un rival que no se humilla y que pelea hasta el final. A mayor velocidad del balón, mayor entretenimiento de un público blanco acostumbrado a disfrutar del fútbol vertical y directo. Ante tal panorama, Isco e Illarra guardaron su batuta y se dedicaron a intentar ayudar a sus compañeros en las transiciones.

Los primeros compases del Madrid fueron eminentemente blancos. Con las piernas frescas los hombres de Ancelotti salieron a presionar al Sevilla y a acorralarse en su campo. Ni Rakitic ni Mbia eran capaces de sacar la pelota. Entre tanto, Isco avisó con un tiro cruzado desde dentro del área que casi se cuela. El andaluz ejerció de telonero de Gareth Bale.

El galés comenzó su recital al cuarto de hora. Fue entonces cuando remató a la escuadra un buen pase de Benzema. Era la primera contra del Madrid. Minutos después, a punto estuvo de volver a marcar en una jugada idéntica, con una asistencia del delantero francés desde la izquierda. Con el luminoso en contra, el Sevilla sí se atrevió a salir de la cueva. Jairo y Alberto Moreno aceleraron los corazones de la afición blanca por dos veces.El Sevilla no se hunde

Pero fue Bale el que volvió a marcar. Lo hizo aprovechando la generosidad de Ronaldo, que le dejó chutar una falta. La pelota golpeó en la barrera y despistó a Beto. Cinco minutos después, el galés le devolvió el favor a su compañero, dejándole tirar un penalti. El luso marcó, hizo el saludo del comandante pero no sentenció el partido. Ni mucho menos.

Teixieria Vitienes, que se equivocó al pitar el primer penalti, equilibró la balanza señalando una falta de Sergio Ramos sobre Figueiras. El portugués se deja caer en cuanto nota la presencia del zaguero. Rakitic acudió a la cita y no falló. Parecía que el partido entraba en una etapa de transición hasta el descanso, pero el Sevilla decidió aprovechar ese impás para volver a meterse en el encuentro. En la acción siguiente Bacca aprovechó un pase de la muerte de Jairo tras una gran jugada de Vitolo, que dejó en evidencia a Arbeloa.

A la fiesta sólo faltaba por sumarse un portero, el único jugador de campo ausente hasta el momento. Diego López se encargó de ejercer ese papel. El blanco sacó dos manos a manos clarísimos; el primero de ellos nada más volver de vestuarios. En la contra, Benzema se reconcilió con la grada marcando a placer en el área. Se fue a celebrarlo con su amigo y fiador, Zidane. Era el 4-2, pero aún quedaba mucho.De un 'no triplete' a un 'hat-trick'

Cristiano Ronaldo también embocó un centro de Bale desde la derecha y luego Rakitic firmó el golpe del día con un tiro desde la esquina del área grande que se coló por la escuadra. El croata pudo firmar su 'hat-trick' si hubiese acertado de nuevo desde el punto de penalti, pero envió la pelota a las gradas. Por cierto, el penalti tampoco fue tal. Tercer error del colegiado. Antes Cristiano sí había firmado su triplete, tras una combinación con Benzema.

Para acabar la noche, MBia se fue a vestuarios antes de lo debido por doble amarilla y Benzema volvió a sonreír con otro gol más. Así acabó el partido, con un 7-3 impropio del fútbol moderno. Por una vez, ganó el equipo que más acertó aún despreocupándose de su espalda. El encuentro, como el boxeo antiguo, fue un continuo intercambio de golpes en el que ganó el que más aguantó en pie.

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