Real Madrid y Valencia marcan el paso de las decepciones

  • El Real Madrid, incapaz de levantar un título, y el Valencia, fuera de los puestos que dan derecho a disputar la próxima edición de la Liga de Campeones, marcaron el paso de la lista de decepciones de un curso en el que descendieron Deportivo de La Coruña, Mallorca y Zaragoza descendieron de categoría.

Juan José Lahuerta

Madrid, 2 jun.- El Real Madrid, incapaz de levantar un título, y el Valencia, fuera de los puestos que dan derecho a disputar la próxima edición de la Liga de Campeones, marcaron el paso de la lista de decepciones de un curso en el que descendieron Deportivo de La Coruña, Mallorca y Zaragoza descendieron de categoría.

Ya ha terminado una temporada en la que clubes como Barcelona, Atlético de Madrid, Real Sociedad o Celta pudieron festejar algo. Pero cuando unos tienen éxito, en el fútbol es casi obligado que muchos saboreen la derrota.

Ese ha sido el caso del Real Madrid, claramente la mayor decepción del año. El último curso de José Mourinho en el conjunto blanco culminó sin títulos. Ni Copa, ni Liga de Campeones, ni Liga. Nada. Pero el de la regularidad, el que dictamina el verdadero estado de un equipo, fue el primero en escaparse de las manos madridistas.

Un inicio errático, con pinchazos en las cuatro primeras jornadas ante Valencia, Getafe y Sevilla alejaron al Real Madrid del título. El cuadro madridista nunca creyó en la remontada y prácticamente bajó los brazos en diciembre mientras el Barcelona caminaba con paso firme hacia la mejor primera vuelta de la historia. En el ecuador de la competición, los blancos estaban a 18 puntos de los azulgrana.

Una barbaridad para una de las mejores plantillas del mundo, que al final sucumbió a los enfrentamientos de vestuario entre Mourinho y algunos jugadores. El técnico portugués reconoció su fracaso y se marchó por la puerta de atrás, con tres trofeos en tres años tras una inversión millonaria.

No marcharon mejor las cosas para el Valencia, que tenía la obligación de acabar la campaña en posiciones que dan derecho a jugar la Liga de Campeones. Por lo menos, hasta el último día, tuvo posibilidades de acabar cuarto, pero pinchó contra el Sevilla y se quedó sin un preciado botín. La tercera plaza del año anterior será un recuerdo.

Este tropiezo tiene significado, no es sólo una mancha en la clasificación. El conjunto ché perderá mucho dinero. La Liga Europa es una competición continental, pero no aporta tantos ingresos. El entrenador Ernesto Valverde, que cogió al club en diciembre en mitad de la tabla para sustituir a Mauricio Pellegrino, no seguirá en el club. Así lo anunció. Su marcha, puede ser el símbolo de la decepción.

Otro equipo que no carburó al mismo nivel que hace un año fue el Athletic de Bilbao. Tardó incluso en sellar la permanencia matemática y atrás quedaron las gloriosas finales del curso pasado en la Liga Europa y la Copa del Rey. Su temporada, son Fernando Llorente continuamente en el banquillo, no fue la misma. Saldrá del club con destino Italia, hacia el Juventus. Su marcha puede marcar el final de una época muy fructífera en el conjunto vasco.

Los clubes que no luchaban por cosas importantes también se llevaron sus disgustos. Mallorca, Zaragoza y Deportivo sellaron sus pasaportes hacía la Segunda División con diferentes sensaciones. Las peores se las llevaron mallorquines y aragoneses, con incidentes después de la última jornada que sentenció a ambos.

El Zaragoza llevaba coqueteando tres temporadas con el descenso y a la cuarta se fue a pique. La mayoría de la afición maña no aguanta al presidente Agapito Iglesias, que cambia de categoría después de formar un último proyecto en Primera que se inició con catorce nuevas caras en verano. Nunca se adaptaron unos con otros y al final se culminó la desgracia.

Por su parte, el Mallorca cambió de entrenador durante la temporada. Joaquín Caparrós inició el curso con cinco jornadas consecutivas seguidas sin perder, pero sus hombres fueron perdiendo gas hasta firmar números poco halagüeños que provocaron la llegada de Gregorio Manzano. Tampoco pudo evitar el desastre.

La cara más "feliz" de los descendidos se la llevó el Deportivo, que por lo menos no acabó increpado por su hinchada. Ésta comprendió el esfuerzo de unos jugadores desahuciados en el último tramo de la competición, pero que, de la mano de Fernando Vázquez, soñó hasta el último día con la permanencia.

Las lágrimas sobre el césped de Juan Carlos Valerón, que se retira del fútbol, simbolizaron la decepción gallega, que se unieron a otros nombres ilustres de la lista de fracasos. Pero el premio gordo se lo llevó el Real Madrid. Decepcionó.

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