El viejo sueño del hombre de poder volar ha sido cumplido por Remo Lang. El suizo entrará en el libro Guinnes de los Records tras atravesar los Alpes volando. Un viaje de más de 25 kilómetros imitando a los legendarios Ícaro y Dédal, más al segundo porque su proeza tuvo final feliz. ¿El truco? La técnica empleada.
Remo Lang llevaba un traje especial y fue lanzado al espacio hacia el sur, con temperaturas de 50 grados bajo cero, desde un avión Pilatus Porter que volaba a una altitud de 7.500 metros sobre el Verbier, cantón de Valais (Suiza).
"También vi el mar de Liguria, ha sido increíble", dijo a ANSA Remo Lang, que preparó este salto al detalle durante dos años. "Yo ya había pasado la Mauvoisin y a pesar de que el altímetro se rompió, estimo que iba a un poco menos de 7.000 metros de altitud cuando sobrevolaba el Grand Combin', explicó el saltador suizo. "Las condiciones meteorológicas eran mejores de lo que podía imaginar, por lo que una vez pasado los Alpes iba todavía lo suficientemente alto como para ser capaz de dirigirme en la dirección de Aosta y luego regresar a Ollomont abrir el paracaídas".
Lang habló de su récord, una anécdota que se deriva de una de sus dos gran pasiones deportivas. "Cruzar los Alpes de norte a sur me ha llenado de satisfacción, pero también miro a bucear, mi otra gran pasión", explicó. La Federación Aeronáutica Internacional dará cuenta de su récord para que quede constancia del mismo.
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