Rey Felipe: "Maratón Nueva York, ejemplo de convivencia pacífica y unidad"

  • El Rey Felipe VI destacó hoy al entregar el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes al Maratón de Nueva York que la carrera "más popular de cuantas se celebran en el mundo es un ejemplo de convivencia pacífica y de unidad".

Javier Muñoz

Oviedo (España), 24 oct.- El Rey Felipe VI destacó hoy al entregar el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes al Maratón de Nueva York que la carrera "más popular de cuantas se celebran en el mundo es un ejemplo de convivencia pacífica y de unidad".

En nombre del maratón de la Gran Manzana recogieron el galardón en el teatro Campoamor de Oviedo Mary Wittenberg, presidenta y directora ejecutiva de Nueva York Road Runners, su compañero y fundador de la carrera George Hirsch, la keniana Tegla Loroupe, que en 1994 se convirtió en la primera mujer africana en ganar la prueba, y el mexicano Germán Silva, que se la adjudicó consecutivamente en 1994 y 1995.

Los cuatro tuvieron un gesto simpático cuando levantaron un brazo y una pierna imitando el movimiento en carrera para agradecer desde el escenario los aplausos del público.

"Es una prueba construida con el entusiasmo de miles de personas, profesionales y aficionados, que disfrutan por las calles de una ciudad y la transforman por unas horas en un espectáculo de solidaridad, esfuerzo, dignidad y deportividad", añadió el Rey.

Felipe de Borbón resaltó que el maratón neoyorquino "además de un reto personal para los participantes, es una carrera que proporciona la maravillosa sensación de intervenir en un hecho extraordinario, que concentra a más de dos millones de espectadores y en el que colaboran más de 9.000 voluntarios".

"Todo ello convierte a la Maratón de Nueva York en un ejemplo, en un modelo de convivencia pacífica y de unidad, en una actividad deportiva creada con el sencillo motivo de disfrutar corriendo en grupo".

Finalmente, el Rey destacó que esta prueba es "un auténtico ejemplo de la grandeza de estar unidos, de avanzar juntos, desde la generosidad y la deportividad, mirando al horizonte de una meta común y compartida por todos".

Mary Wittenberg había definido su maratón el pasado miércoles en una rueda de prensa en Oviedo como "lo mejor de una ciudad sin parangón", en un día "que se convierte en motivo de inspiración para todo el mundo".

Si esta prueba es la más famosa y multitudinaria del planeta es porque "miles de personas salen a celebrar sus sueños" por las calles de Nueva York, señaló Wittenberg.

El jurado destacó en los motivos de la concesión del premio que el Maratón de Nueva York constituye "la máxima expresión de deporte, colaboración ciudadana y espíritu solidario al haberse convertido, desde su fundación en 1970, en la prueba popular que mejor simboliza la convivencia entre deporte aficionado y profesional, con más de 50.000 participantes en su última edición".

La directora de la carrera reveló también que presentarán el premio en Nueva York antes de la celebración de la prueba de este año, el próximo 2 de noviembre, al tratarse de una distinción que le da mayor prestigio y reconoce a los millones de corredores que la han corrido.

Wittenberg, atleta aficionada en su juventud, comentó que su intención es que el Maratón de Nueva York tenga cada vez más impacto y repercusión, que incorpore edición tras edición novedades que lo mantengan fresco y que piense en los corredores de la ciudad e internacionales, "que es donde radica la magia del maratón".

Tras afirmar que Nueva York es "una ciudad sin parangón y con muchísima fuerza" y un punto de encuentro de personas de todo el mundo, Hirsch señaló que gracias al primer maratón que organizó por todos sus distritos, hoy todas las grandes urbes del mundo disputan el suyo.

Para Wittenberg, el mejor momento lo vivió siete semanas después de los atentados del 11-S, en 2001, al ver a miles de personas dispuestas a correr "con la mano en el corazón" mientras que, para Loroupe, fue el año en que ganó el maratón.

Con motivo de la entrega de este premio, Gijón (Asturias) acogerá mañana la primera carrera popular "La gran manzana", una iniciativa sin carácter competitivo y con vocación de continuidad organizada por la Fundación Príncipe de Asturias.

La concesión este año al Maratón de Nueva York consolida al atletismo como el deporte más laureado en la historia de los Premios Príncipe de Asturias, con un total de diez galardones en sus 28 ediciones.

La mítica prueba de los 42,195 km. ya había sido distinguida en los Príncipe de Asturias cuando en 1997 se le concedió al equipo español de maratón, integrado por Abel Antón, Martín Fiz, José Manuel García, Fabián Roncero, Alberto Juzdado y Diego García, que habían ganado sucesivamente el Campeonato de Europa de 1994, el Mundial de 1995 (Martín Fiz), el Mundial del 97 (Abel Antón) y la Copa del Mundo de 1997.

Los premios al atletismo han sido a Sebastian Coe (1987), Sergei Bubka (1991), Javier Sotomayor (1993), Hassiba Boulmerka (1995), Carl Lewis (1996), equipo español de maratón (1997), Hichan El-Gerrouj (2004), Yelena Isinbayeva (2009), Haile Gebrselassie (2011) y, hoy, al Maratón de Nueva York.

Los otros siete galardones entregados hoy corresponden al arquitecto Frank O. Gehry, que recibirá el de las Artes, el hispanista francés Joseph Pérez, el de Ciencias Sociales, el humorista gráfico argentino Joaquín Salvador Lavado "Quino", el de Comunicación y Humanidades, y los químicos Mark E. Davis, Galen D. Stucky y Avelino Viejo, el de Investigación Científica y Técnica.

También han sido distinguidos el escritor John Banville (Letras), el Programa Fulbright (Cooperación Internacional) y la periodista congoleña Caddy Adzuba (Concordia).

La anécdota al final de la ceremonia fue cuando el Rey Felipe convocó los galardones del próximo año y, por la costumbre, se equivocó al decir que quedan convocados los Premios Príncipe de Asturias cuando pasarán a denominarse Princesa de Asturias por su primogénita Leonor. Esto provocó la risa en los invitados al Teatro Campoamor y un cariñoso beso de la Reina.

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