Ricardo Quaresma, el "Mustang" que exculpa a Lopetegui

  • Recurrir al idolatrado Ricardo Quaresma a falta de 20 minutos de acabar el duelo ante el Athletic de Bilbao no solo encarriló el pase a octavos de la Liga de Campeones del Oporto, sino que también sirvió para mejorar, a los ojos de la afición, la imagen del entrenador español Julen Lopetegui.

Antonio Torres del Cerro

Lisboa, 22 oct.- Recurrir al idolatrado Ricardo Quaresma a falta de 20 minutos de acabar el duelo ante el Athletic de Bilbao no solo encarriló el pase a octavos de la Liga de Campeones del Oporto, sino que también sirvió para mejorar, a los ojos de la afición, la imagen del entrenador español Julen Lopetegui.

Quaresma, de 31 años, saltó al terreno de juego en el minuto 70 en sustitución del medio centro brasileño Casemiro entre la ovación del público.

Cinco minutos después, dio razón a los aplausos con un tanto en el 75, el que otorgó el triunfo de "los dragones" (2-1) y mediado por un error de blocaje del portero rival Gorka Iraizoz.

"Trabajo para tener mis oportunidades, hoy (martes) entré en un partido difícil, tuve una oportunidad y la concreté. Intenté hacerlo lo mejor posible y lo conseguí", resumió el "Mustang", apodo alusivo a su potencia y velocidad.

El jugador más querido por la afición del Oporto ha ocupado el banquillo con asiduidad, una posición secundaria reprobada por los hinchas, que achacan al entrenador falta de sensibilidad con su futbolista-emblema.

"Ricardo (Quaresma) entró con mucha energía, marcó un gol importante para él y para el equipo. Ha venido trabajando fenomenalmente. No entra en el 'once', porque apenas puedo escoger 11. Pero ha venido trabajando muy bien", opinó Lopetegui.

El técnico se debate con un "overbooking" de jugadores de ataque, pues en la parrilla de salida también están el español Cristian Tello, el franco-argelino Yacine Brahimi, el colombiano Juan Fernando Quintero o el también español Óliver Torres, que puede actual caído en una banda del ataque.

Pero las críticas al entrenador vasco por no poner a Quaresma no son nuevas. En agosto, el ambiente en torno al club ya se había enturbiado por la suplencia del extremo luso.

Cuando se juntaron algunos resultados decepcionantes -tres empates en Liga- y la dolorosa eliminación ante el Sporting de Lisboa (1-3), el entrenador español, de 48 años, regresó al disparadero por no escoger a Quaresma.

Su notable actuación al servicio de la selección de Portugal -asistió en el 95 a Cristiano Ronaldo en la importante victoria ante Dinamarca- no hizo más que cargar de razones a los críticos de Lopetegui.

El internacional portugués está considerado una institución en el club norteño, al que regresó el pasado enero después de haber militado entre el 2004 y el 2008.

Esos años, sus mejores como profesional, le sirvieron para superar su desafortunada experiencia en el Barcelona (2003-2004), que le había contratado del Sporting de Lisboa con el rótulo del "nuevo Figo".

El ascendente de Quaresma en un vestuario del Oporto con pocos veteranos -el portero brasileño Helton le supera en antigüedad, pero está lesionado de gravedad- y su conexión con la grada y la Dirección le sitúan en un posición privilegiada.

Para los nuevos jugadores, también hace de "cicerone" e intenta que se integren los más rápido posible.

"Ahora espero tener más oportunidades. Sé que tengo valor para trabajar y jugar", sentenció el futbolista de la discordia.

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