Robinho, otro equipo más en su camino hacia el Balón de Oro

Robinho no encuentra "su"equipo. Uno de los jugadores más talentosos de los últimos años en Brasil se ha convertido en un trotamundos del fútbol, saltando de equipo en equipo con la única intención de asentarse y ser reconocido como el mejor futbolista del mundo. Pero pasan los años y todo sigue igual.

El Santos vio el nacimiento de una estrella del balompié. Se trataba de Robson de Souza (San Vicente, Brasil, 25 de enero de 1984). Era el año 2002 y su equipo volvía a reinar en Brasil tras 20 años sin conseguir nada. Robinho fue culpable de ello. Dos temporadas más en la élite sirvieron para que diese el salto a Europa.

El Real Madrid se encaprichó de la nueva joya brasileña y, en el verano de 2005, pagó cerca de 25 millones de euros. El Santos acabó dando su brazo a torcer (pedían más dinero) por la negativa de Robinho a entrenarse con sus compañeros, cuando regresaba de ganar la Copa Confederaciones son su selección.

"Quiero ser el mejor del mundo", dijo al ser presentado como blanco. Llegó debutando en el Carranza y dando una exhibición con esas "bicicletas" que siempre le ha acompañado en su juego. Pero si por algo se recordará a Robinho en las blancas será por su intermitencia en el juego y por su poca constancia. Nunca jugó como lo que se consideraba él mismo, uno de los mejores del mundo. Con Capello sufrió el banquillo durante meses y ahí ya comenzaron los primeros lamentos y su posible salida.

Pero el italiano fue despedido y la llegada de Schuster volvió a hacer sonreír al brasileño. Pero sólo a medias. Los rumores hablan de que al delantero se le fue unas cuantas las veces la cabeza durante la noche e incluso que llegó más de una vez en pésimas condiciones a los entrenamientos en Valdebebas. A final de temporada solicitó un aumento de sueldo prometido por Calderón y que éste no le concedió. Eso sumado al interés del Real Madrid por Cristiano Ronaldo hizo que Robinho no se sintiese valorado y pidiese su marcha.

Los petrodólares del Manchester City habían llamado a su puerta y Robinho pidió entre sollozos su marcha. El Madrid firmaba el traspaso al límite de la hora y se llevaba 42 millones de euros, en una de las mejores operaciones de los blancos en los últimos años. El primer año anotó 14 goles pero mantuvo discrepancias con el entrenador por aquella época Mark Hughes. Peor sería al año siguiente con la llegada de Roberto Mancini.

Con el italiano sí que no congenió y en diciembre pidió su salida del equipo y puso rumbo al Santos, su primer equipo. Al marcharse dijo que en la Premier no podría ser el "mejor jugador del mundo". Volvió este verano a la disciplina del City pero pensando en irse. Las ofertas de Turquía no le gustaron hasta que llegó el Milan, que pagó 18 millones más objetivos, donde se encontrará con compatriotas como Pato, Thiago Silva o Ronaldinho. ¿Conseguirá ser en el Calcio el mejor jugador del mundo?