Maria Sharapova sigue con pie firme en Roland Garros, donde defiende el título logrado el año pasado. La americana Sloane Stephens, la sucesora de Serena Williams según muchas voces en el circuito, ha sido su última víctima. La rusa tardó hora y media en despachar a su rival por un marcador final de 6-4 y 6-3.
El partido comenzó como se podía prever, con máxima igualdad. Stephens sabía que si ganaba el primer set tendría muchas oportunidades de llevarse el partido. Ambas jugadoras lograban ganar su saque sin conceder puntos de break.
La racha la rompió Sharapova, que forzó tres bolas de rotura en el séptimo juego. Stephens salvó la primera y la segunda, pero no la tercera, que se dejó el luminoso con 4-3 a favor de la rusa, que si ganaba su dos siguientes saques, se llevaría el primer set. No sólo los ganó, sino que lo hizo sin conceder ni un punto. Cerró el set mostrando su mejor juego, a la vez que su rival se hundía.
El cambio de set dio un giro radical al partido. Ambas tenistas empezaron a fallar con su saque y los puntos de break empezaron a ser rutina juego tras juego. De los cinco primeros juegos, tres de ellos se ganaron al resto. Dos a favor de Sharapova y uno a favor de Stephens. De nuevo la rusa dependía de ganar su saque para llevarse el set y el partido.
La americana no sólo veía lejos la posibilidad de romper el saque de su rival sino que acabó bajando los brazos. Al final el set acabó con un marcador de 6-3 a favor de Sharapova.
Ahora, la segunda cabeza de serie del torneo, se enfrentará a la serbia Jelena Jankovic en cuartos de final, una vez que ésta superó a en dos sets (6-0 y 6-2) a la también estadounidense Jaime Hampton.
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