Rafa Nadal es el mejor tenista sobre tierra batida. De eso no hay duda. Si enfrente le ponen a un jugador que es el 655 del mundo, es decir, que debuta en el circuito profesional ante él, las apuestas no son sobre quién va a ganar, sino sobre cuánto durará el partido.
Sin embargo, y pese a que el nombre de Gianni Mina no diga nada a los seguidores al tenis, todo indica que lo dirá dentro de unos meses o de unos años. Este francés, clon físico de Gael Monfils, demostró que tiene mucha calidad y muchas ansias de ganar. Trató de tú a tú al mejor del mundo en muchas fases del partido y hubiera complicado las cosas a Rafa Nadal de haber aprovechado los puntos importantes.
Porque mientras Rafa logró seis breaks en poco más de 10 bolas de rotura, Mina no fue capaz de romper el saque de su rival... y eso que dispuso de hasta 10 oportunidades para hacerlo. Ahí quedó clara la diferencia entre uno y otro. Ahí y en la capacidad de reacción de Rafa. Después de un intensísimo peloteo, Rafa estaba preparado para repetirlo al minuto siguiente, mientras Mina pasaba dos o tres puntos respirando por las branquias al más puro estilo pez. Demasiado Rafa para un jovenzuelo con ganas de liarla.
El partido fue intenso, más competido que lo que dicta el 6-2, 6-2 y 6-2 final. Mina golpeó fuerte a la pelota, mandó detrás de la línea a Nadal y le obligó a jugar con su primer saque. El revés a dos manos del francés corría demasiado y Rafa tuvo que dar lo mejor de sí para conservar su saque. Ahí estuvo la clave: Rafa no permitió ni una sola alegría a su rival y fue sacando adelante sus saques apelando al servicio.
El segundo set fue un calco del primero: intentos de Mina por meter presión a su rival que terminaban cuando las fuerzas se le agotaban tras un peloteo intenso o cuando Rafa encadenaba tres puntos seguidos con su enorme calidad. Cinco juegos seguidos y el segundo set a la buchaca.
El tercero y último tampoco desentonó. Mina aguantó lo que su físico le dejó y corrió como un gamo detrás de las bolas de Rafa, mostrando un tenis que, con el tiempo, le debe llevar a metas importantes. El francés tuvo que pedir incluso la atención del fisio para terminar el partido, pero la suerte estaba echada y Nadal certificó su triunfo con un triple 6-2 que le lleva directamente a la segunda ronda para medirse al argentino Horacio Zeballos, verdugo del austríaco Fischer en cinco sets.
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