No podía ser de otra forma, tenía que ser él. Cristiano Ronaldo, cuando más lo necesitaba su equipo, apareció para derribar la muralla que Clemente planteó en el Santiago Bernabéu. Con nueve jugadores delante del área, el Sporting apenas dejó huecos para que el Madrid puediera atacar y para que Ronaldo pudiera crear peligro. Pese a todo, a un cuarto de hora para el final del partido, Cristiano Ronaldo se elevó sobre la defensa rojiblanca para rematar al fondo de las mallas un centro de Di María.
Muy poco le gustan a Cristiano Ronaldo, y al Madrid en general, los partidos en los que el rival se encierra descaradamente atrás, buscando las contras. Son partidos en los que al equipo blanco le cuesta encontrar grietas en las defensas y en los que apenas con disparos lejanos o faltas se acerca a la portería rival. El partido se le complicó al Madrid con el gol de De las Cuevas; aunque Higuaín empató antes del descanso. En la segunda parte, el partido siguió el mismo guión y la ansiedad empezaba a aparecer en jugadores y aficionados.
En ese momento, Cristiano Ronaldo hizo de líder y salvador y en una jugada sin mayor peligro, Di María centró y el portugués se adelantó a la defensa esportinguista para rematar de cabeza y materializar la remontada que permite al Madrid llegar al Camp Nou con, al menos, cuatro puntos. Antes Ronaldo ya lo había intentado de todos los modos posibles (de tiro lejano, de falta, de jugada personas, tras combinar con compañeros) pero no había podido superar a Juan Pablo.
Por otro lado, Cristiano Ronaldo evitó, una jornada más, que le enseñaran la quinta tarjeta amarilla, que acarrearía suspensión, y podrá jugar en el Camp Nou ante el Barcelona en el partido que puede decidir la liga.
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