Ruth Beitia hace cumbre con 35 años

  • Ruth Beitia alcanzó el cenit de su larga carrera deportiva (24 años) con su segunda medalla de oro europea y remató su asombrosa campaña al frente del ránking mundial del año con un salto de 2,01 metros, justo cuando por edad, 35, empieza a formar en la categoría de veteranos.

José Antonio Diego

Madrid, 15 dic.- Ruth Beitia alcanzó el cenit de su larga carrera deportiva (24 años) con su segunda medalla de oro europea y remató su asombrosa campaña al frente del ránking mundial del año con un salto de 2,01 metros, justo cuando por edad, 35, empieza a formar en la categoría de veteranos.

Por décima vez en la historia un atleta español (hombre o mujer) terminaba la temporada como líder mundial en una prueba olímpica. Su marca de los Europeos de Zúrich le permite, además, compartir con la rusa Inga Babakova el récord mundial de mayores de 35 años.

El salto con el que revalidó su título continental al aire libre sólo pudo ser igualado este año por la rusa Anna Chicherova, actual campeona olímpica, y en pista cubierta por otra rusa, Mariya Kuchina.

En su segundo año "de propina" -hizo amago de retirarse en 2012-, Beitia agotó los elogios. El presidente de la Federación Española, José María Odriozola, la considera ya "la mejor atleta española de todos los tiempos", según dijo a EFE al día siguiente de los Europeos.

"Después de esto, la mejor atleta española de todos los tiempos, para mí, es Ruth Beitia, por el número de medallas que ha ganado, por la dificultad especial de una prueba como la de altura, que tiene tantas connotaciones físicas, psicológicas y de todo tipo, y porque lleva desde 1996 en primera fila del atletismo", explicó Odriozola.

Los Europeos de Zúrich contuvieron la hemorragia del equipo español en grandes campeonatos con seis medallas y 22 finalistas.

Junto a la capitana Beitia brilló con intensidad el marchador murciano Miguel Ángel López, que batió a los rusos el primer día en 20 kilómetros marcha, y rayaron a gran altura Borja Vivas (plata en peso, su primer podio internacional), y los medallistas de bronce Indira Terrero (400), Ángel Mullera y Diana Martín (3.000 m obstáculos).

La actuación española, por sectores, sólo admitió un fracaso sin paliativos, el del mediofondo. "Es el sector que está notando más la crisis porque era el que mejor estaba", arguyó el director técnico, Ramón Cid.

De no haber sido por la recalificación de David Bustos para la final, donde fue sexto, España no habría tenido representación en la carrera definitiva de 1.500, ni en hombres y mujeres. Para un país que ha contado con un campeón olímpico (Fermín Cacho), un subcampeón mundial (José Luis González), y gente de la categoría de José Manuel Abascal, Reyes Estévez o Isaac Viciosa, las penurias actuales producen una digestión difícil.

Odriozola admitió el fracaso. "En el mediofondo y en algo del fondo tenemos que ponernos las pilas y apostar por gente joven, que los hay y muy buenos. No vamos a echar a nadie pero ellos mismos tendrán que ponerse las pilas y ver si les interesa seguir con tanta milla. Para hacer caja está muy bien, pero no es la mejor manera de prepararse", comentó a EFE.

Frente al nuevo pinchazo del mediofondo, otras disciplinas, calificadas de "cenicientas" por Cid, triunfaron en Zúrich: el 400, en el que nunca una española había corrido una final y aquí hubo dos: Terrero y Aauri Lorena Bokesa. Samuel García también llegó a la última carrera.

Los abuelos continuaron dando guerra. Jesús Angel García Bragado (44 años) y Nuria Fernández (38) cumplieron con creces. El marchador con un octavo puesto en los 50 kilómetros y la fondista con un quinto en 5.000, una distancia en la que se ha iniciado este mismo año y que todavía no domina por completo. Ambos igualaron el récord de participaciones en unos Europeos, con seis.

La mala suerte se cebó otra vez con el saltador de longitud Eusebio Cáceres. El alicantino, que estuvo el año pasado a un centímetro del bronce en la final de los Mundiales de Moscú, se quedó en Zúrich a tres del podio y sin poder ejecutar, siquiera, los tres últimos saltos por culpa de una lesión en el isquio izquierdo.

Tampoco tuvieron suerte los maratonistas. Sandra Aguilar abandonó, lesionada, a tres kilómetros del final cuando estaba en puestos de finalista, y Javi Guerra hubo de conformarse con la "medalla de chocolate", cuarto, después de haber hecho una carrera valiente en un circuito de gran dureza. EFE

Fuera del estadio, Alemayehu Bezabeh, cedió en Samokov (Bulgaria) el título europeo de cross que recuperó un año antes en Belgrado, pero siguió en el podio como tercero, tras perder la batalla con los turcos Paul Kemboi Arikan y Ali Kaya. España regresó con dos medallas individuales -Carlos Mayo fue subcampeón júnior- y tres platas por equipos -hombre y mujeres sénior y hombres júnior-.

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