Nervión es una olla a presión con calor incorporado siempre que juega el Sevilla, pero la temperatura sube mucho más rápido en las gradas -y normalmente también en el campo- cuando llega el Atlético de Madrid. La afición hispalense, algo más tranquila tras el cambio de entrenador, cuenta las horas para un partido que actuará a modo de termómetro para analizar el estado del nuevo equipo de Míchel.
Europa está en juego para andaluces y madrileños, a dos puntos ambos de las plazas para entrar en la Europa League. Un aliciente más para un choque calificado de "alto riesgo" por la Comisión Antiviolencia y en el que el árbitro catalán Álvarez Izquierdo será el encargado de controlar la tensión. En los banquillos, Míchel y Simeone, primero la solidez defensiva y luego construir el ataque, y más teniendo en cuenta lo caro que va a estar marcar con tantas bajas trascendentales.
Será la noche de los segundas espadas en el área. Sin Negredo y Falcao, Manu del Moral y Adrián avanzarán metros en el ataque de Sevilla y Atlético para encargarse de los goles, los dos delanteros con un perfil similar: despistar con caídas a las banda para asociarse con los medios. El asturiano recurrirá a Gabi, Coke y Thiago para dar salida a sus pases; Arda Turan y Diego Ribas continúan en la enfermería del club.
El picante lo pondrá José Antonio Reyes, primer partido ante sus excompañeros tras su salida en el mercado de invierno, y el dulce, Jesús Navas, gran segundo tiempo del extremo derecho en la victoria de España sobre Venezuela. Dos dagas por las bandas del Sánchez Pizjuán, un nuevo ejercicio de madurez para Juanfran y Filipe en el infierno de Sevilla como examen previo antes de viajar al manicomio de Estambul.
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