El dos de mayo de 2009 hubo una imagen que dio la vuelta al mundo: el luminoso del Bernabéu señalaba un marcador de 2-6 a favor del Barça. Aquella noche los azulgrana pasaron por encima de un Real Madrid que, desde el minuto uno, se vio desbordado por el fútbol realizado por los hombres de Guardiola. Desde aquel partido, el Madrid ha ido puliendo sus defectos y ha ido igualando las fuerzas respecto al Barcelona.
Salvo el cinco a cero de hace un par de años, de los otros trece clásicos que han disputado Madrid y Barça, sólo tres se resolvieron con más un gol de diferencia (curiosamente las tres fueron victorias del Barcelona en el Bernabéu). Es evidente que los blancos han ido mejorando y concediendo menos facilidades al Barcelona. Aquella fatídica -para los merengues- noche de mayo el Madrid cometió seis errores graves. Son los seis pecados futbolísticos que los de Mourinho deben superar para poder remontar el 3-2 de la ida de la Supercopa de España:
1. La siesta después de marcar
Le pasó en el 2-6 y le volvió a ocurrir la semana pasada en el Camp Nou. En 2009 el Madrid se adelantó en el minuto 13 gracias a un gol de Higuaín. El Barcelona, que apenas dominaba el balón ante la fuerza con la que salieron los blancos, empató el partido cuatro minutos después en un error de la zaga madridista. La semana pasada, en la ida de la Supercopa, Coentrao se comió un pase largo de Mascherano que propició el primer tanto blaugrana, instantes después de que Ronaldo diese ventaja al conjunto merengue. El Madrid debe frenar la reacción del Barça después de que marque gol.
2. El balón parado
Uno de los grandes hándicaps blancos de este comienzo de temporada. Dos de los tres goles encajados en liga han llegado a jugadas a balón parado, algo que les ha costado tres puntos. Aunque es habitual que el Barça juegue por bajo tanto córners como faltas, los blancos deberán cubrir bien a Piqué, a Puyol a Busquets y compañía para que no puedan rematar cómodamente.
3. Pérdidas en el medio del campo
El Barcelona saldrá a presionar desde muy arriba con la intentción de robar el balón lo más cerca posible del área de Casillas. Tanto los defensas como Xabi Alonso y Khedira (si juega el alemán) deberán evitar complicaciones y no dudar en sacar el balón en largo si no tienen la opción de dar un pase seguro en corto. No hay mayor peligro ante el Barça que regalarle el balón a Messi en zona de tres cuartos de ataque y que pueda encarar en velocidad a los centrales.
4. No acabar jugadas
Al igual que el anterior punto, el objetivo de este pecado es evitar las contras del Barcelona. A lo largo de los noventa minutos es probable que los blancos dispongan de varias ocasiones de gol, bien sea a balón parado, bien sea con el balón jugado. Sea como fuere, los merengues deberán asegurarse de lograr disparar para obligar al Barcelona a sacar de portería o de banda y que dé tiempo al conjunto blanco a posicionarse en el campo para defender.
5. No dejar pensar a Xavi y a Iniesta
Lo hizo Osasuna el domingo pasado y estuvo a punto de salirse de maravilla. Ni Iniesta ni Cesc jugaron cómodos en el Reyno de Navarra. Cada vez que recibían tenían un jugador 'rojillo' encima de ellos, dispuesto a meter el cuerpo y la pierna. Si el Barcelona mueve el balón con fluidez de un lado al otro del Bernabéu y tanto Iniesta como Xavi tienen tiempo de levantar la cabeza para observar los desmarques de Tello, Alexis, Messi o Pedro, el Madrid estará prácticamente muerto.
6. Cuidar la espalda de la defensa
Si en algo se fundamenta el juego del Barcelona es en dar pases a la espalda de la defensa rival. Tanto los extremos como los laterales o el propio Messi suelen ser los beneficiarios de dichos pases. Si reciben pueden plantarse totalmente sólos ante Casillas. Para evitar estos pases lo mejor será apretar a los hombres que tengan el balón y lanzar la línea del fuera de juego todos a la vez.
En caso de que el Real Marid sea capaz de superar estos seis pecados, el Barcelona encontrará serias dificultades para desarrollar su fútbol sobre el césped del Bernabéu. En tal caso los blancos estarán más cerca que nunca de la Supercopa. Ahora más que nunca, el pecado puede condenar al Madrid al infierno; al infierno de la derrota.
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