Arenberg (Francia), 8 jul.- Dos de los nueve tramos de adoquines que tenían previsto afrontar hoy los ciclistas en la quinta etapa del Tour de Francia han sido suprimidos "por motivos de seguridad" a causa de la lluvia, ha informado la organización.
Los ciclistas deberán atravesar otros siete kilómetros de "pavés" en la etapa entre la ciudad belga de Ypres y la francesa de Arenberg, que, en total, suman 13 kilómetros, en lugar de los 15,4 previstos inicialmente.
La etapa, que afronta tramos adoquinados prestados por la París-Roubaix pero en sentido inverso, queda en 152,5 kilómetros.
Los directores de la carrera revisaron hoy los tramos adoquinados ante la intensa lluvia que cae en la frontera franco-belga y decidieron tomar esta decisión "por motivos de seguridad".
Los tramos suprimidos son el séptimo, conocido como Mons-en-Pévèle, de un kilómetro y situado a 45,5 kilómetros de la meta, y el de Orchies, en la localidad de Beuvry-la-Forêt, de 1,4 kilómetros, a 30 de la llegada en Arenberg.
Quedan otros siete tramos adoquinados que con la lluvia pueden ser muy selectivos en la jornada.
El primero de ellos, situado a 68,5 kilómetros del final, está en el famoso Carrefour de l'Arbre, con 1,1 kilómetros.
Le siguen el de Ennevelin de Pont-Thibault, con 1,4 kilómetros y a 52 de la meta; el de Bersée, de la misma distancia, a 41 del final; el de Sars-et-Rosières, de 2,4 kilómetros, a 24,5 de la meta; el de Brillon en Warlaing, de 1,4 kilómetros a 20,5; el de Wandignies-Hamage de Hornaing, el más largo con 3,7 kilómetros a 15,5 de la meta; y el de Hélesmes, en Wallers, de 1,6 kilómetros, situado a 6,5 del final.
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