Swingbol: El hermano pequeño del pádel

Una raqueta de pádel, unas bolas y sólo un rival. Con estos ingredientes se juega al swingbol, un deporte inventado y patentado en España que está causando furor y cada día cuenta con más adeptos. La comunidad de Madrid es actualmente el punto neurálgico en cuando a practicantes y pistas de este deporte, pero en otros puntos del país como Andalucia cada vez está más arraigado y la exportación sigue. El swingbol, cuya idea nace del ping pong, tiene una pizca de squash, un aliño de pádel y bastante del frontenis. Así nació este deporte, que aprovecha el espacio (en una pista de tenis caben diez de swingbol y en una de padel, cuatro), permite partidos individuales (no es necesario juntar cuatro como en el pádel) y asegura diversión y ejercicio físico. La intensidad en los peloteos largos exige una buena preparación, pero no tan exigente como en otros deportes. La colocación del jugador es fundamental en este deporte, además de la habilidad para hacer que la bola consiga ángulos imposibles con la ayuda de las paredes.

La pista

El tamaño de una pista de swingbol es de 9 metros de largo y 5 m. de ancho. Tiene dos paredes llamadas directas (frontal y lateral izquierda) y dos paredes de rebote (la lateral derecha y la trasera). La pista se divide con líneas en tres partes iguales y una línea transversal que marca el límite de los saques. De las paredes laterales a la trasera hay tres metros sin muro. Como en el frontón la bola debe golpear por encima de la línea marcada en la pared frontal.

Así se juega

En los partidos de swingbol se juegan sets de once puntos y hay que ganarlos por dos de diferencia. En caso de empate, el set definitivo se juega a 15 puntos. Como en el padel, el saque se realiza botando la pelota y no se puede golpear por encima de la cintura. La bola tiene que entrar en el cuadro contrario. El que gana el punto sigue sacando y sólo lo cede cuando pierde un punto.

Bossaball, deporte a ritmo de samba.

El swingbol ya lleva jugándose dos años y no es el único deporte de nueva creación. Cada vez aparecen más modalidades que brotan de disciplinas ya consolidadas. Uno de los ejemplos más espectaculares es el bossaball, que aglutina cosas del fútbol, del voley, de la gimnasia y de la capoeira. De ahí se deduce que Brasil es su cuna y el país con más practicantes, principalmente en sus playes. Se juega sobre hinchables, en los que en cada campo hay una cama elástica. Cada equipo se compone de 3 o 4 jugadores y disponen de ocho toques para pasar la red. Este deporte a ritmo de samba ha realizado varias demostraciones durante este verano por los arenales españoles.