Muguruza 'pincha' ante Pliskova y se jugará las semifinales a una sola carta

  • La checa, bestia negra de la hispano-venezolana, le endosa un doble 6-2 en apenas una hora de partido y la obliga a ganar el jueves a Venus Williams
Muguruza golpea la pelota.
Muguruza golpea la pelota.
EFE

Cada vez que Garbiñe Muguruza se mide a Karolina Pliskova sufre pesadillas, y en Singapur no iba a ser menos. Después de un estreno en el que estuvo enchufadísima ante Jelena Ostapenko, la hispano-venezolana se complicó el pase a semifinales en la segunda jornada, tras caer derrotada en un visto y no visto frente a la checa. El primer set terminó 6-2. Y el siguiente, también 6-2

El 'pinchazo', lejos de ser definitivo, sí que aleja a Muguruza de las semifinales de la Copa de Maestras. Ahora se lo jugará todo a una sola carta el próximo jueves, nada menos que contra la sempiterna Venus Williams. Eso sí, Garbiñe parte con la teórica ventaja del descanso: mientras que su derrota ante Pliskova apenas se demoró una hora y dos minutos; la veterana estadounidense, de 37 años, sudó sangre para superar a Ostapenko en casi tres horas y cuarto.

"Desde el principio noté que fallaba bolas que no tenía que fallar", explicó ante los medios la número dos del mundo, y es que tras perder su primer servicio comenzó a cimentarse la derrota. Tampoco ayudó en la remontada que se viera, por primera vez en meses, su peor versión: "Esperaba ir encontrándome mejor, pero no fue el caso y ella cogió demasiada ventaja enseguida".

Poco amiga de las excusas, Muguruza descartó el retraso inicial (comenzó el encuentro a las 23.15, hora local) y también alguna molestia física, que le obligó a jugar con un vendaje en el muslo izquierdo. "Era preventivo, no me pasaba nada", aseguró. "Mi tenis no estuvo aquí. Supongo que tenía que llegar algún momento en el que tuviera un partido así. Mejor que me pase contra una 'top' y, bueno, ahora tengo otra oportunidad", se consoló la hispano-venezolana.

Una ocasión que Muguruza no piensa desperdiciar, y es que además a la mayor de las Williams le tiene tomada la medida: ya le ganó en Wimbledon y en Roma este año. "Me lo voy a tomar como una final. Es un partido motivador e intentaré darle la vuelta a esto para acabar con mejor sabor de boca que hoy. Analizaré por qué no me he encontrado bien, pero no, no voy a pensar en lo de hoy porque no me va a ayudar en nada... Al final tengo otra oportunidad y, ¿para qué le voy a dar vueltas si tengo que jugar en dos días?", reflexionó con el acierto de las campeonas.

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