Tonny Sanabria, tras los pasos de Icardi

Barcelona, 29 ene.- Enero de 2011: mientras el Barça de Guardiola se preparaba para afrontar el tramo final de temporada que lo llevaría a levantar el campeonato de Liga y la cuarta Liga de Campeones, el italoargentino Mauro Icardi -un prometedor delantero centro del Juvenil A azulgrana- hacía las maletas para firmar por la Sampdoria de Italia.

Tres años después la historia se vuelve a repetir y Tonny Sanabria (Paraguay, 4 de marzo de 1996) -otro nueve sudamericano criado en 'La Masia'- sigue los pasos del hoy delantero del Inter de Milán para emigrar a Italia. El internacional paraguayo ha firmado hoy un acuerdo con el Sassuolo de la Serie A por las próximas cinco temporadas a razón de 4,5 millones de euros.

Su adiós no es una sorpresa mayúscula para el club catalán pues, ante las exigencias económicas del entorno del joven internacional paraguayo, en las últimas semanas su traspaso se daba por hecho. En el Camp Nou cuentan que incluso el técnico del primer equipo, Gerardo 'Tata' Martino -conocedor del fútbol paraguayo por su pasado como seleccionador de ese país-, intentó sin éxito retenerle. Pero la decisión era irrevocable.

'La Masía' pierde una de sus perlas, un jugador distinto al centrocampista tocador estilo Xavi o al central con buena salida de balón que campan por la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí y que tanto han dado al primer equipo en los últimos años.

Elegante y resolutivo, sus más de 180 centímetros de altura le alejan de la figura de 'falso' nueve que Guardiola creó por y para Leo Messi. Un delantero centro con olfato, de los de toda la vida, que en apenas 573 minutos en la segunda división ha sido capaz de anotar más goles -3 en total- que los teóricos titulares del filial azulgrana, Jean Marie Dongou y Sandro Ramírez.

Nacido hace 17 años en San Lorenzo, a 9 kilómetros de Asunción, Tonny se formó en la escuela de fútbol San Toñito. Siendo aún un retoño, el Cerro Porteño se fijó en sus cualidades y le fichó. En ese grande del fútbol paraguayo jugó tres años, hasta que en 2007 su madre Shirley emigró a España por cuestiones laborales.

Pocos meses después, Tonny, junto a su padre y sus tres hermanos, siguió los pasos de su primogénita y se afincó en Sitges, a unos cuarenta kilómetros de Barcelona en la costa sur.

Pese al cambio de aires, no dejó aparcada su pasión por el balón y en el infantil A de la Blanca Sabur dio muestras de su olfato goleador con 70 goles en una temporada. Ello captó la atención de los cazatalentos azulgrana y con 13 años ingresó a la categorías inferiores del gigante del fútbol español.

Su adaptación se cocinó a fuego lento y el proyecto de delantero referencia se empezó a vislumbrar en el cadete A, entrenado por el exjugador Quique Álvarez, en el que anotó 27 goles y se convirtió en el faro en ataque de su equipo.

Su progresión fue fulgurante y, tras ese exitoso año, la pasada temporada entró dentro de los planes del entrenador del juvenil A, Jordi Vinyals, y fue convocado por la selección absoluta de su país. Ante las lesiones de Ramírez y las convocatorias de Dongou en el primer equipo, siendo un jugador con ficha del juvenil A ha tenido minutos de calidad con el filial, hasta el punto de hacerse con un puesto en el once titular antes del parón navideño.

"Me ha sorprendido su personalidad", destacó el técnico del Barcelona B, Eusebio Sacristán, hace unas semanas tras el partido ante el Sporting de Gijón, en el que el Tonny Sanabria anotó un tanto de depredador del área.

Martino barajó incluso su nombre cuando, en una rueda de prensa, fue preguntado por si, en el futuro, tenía intención de fichar a un delantero centro: "Un día me llevaron a dar una vuelta por todos los medios comunicación y me preguntaron qué me parecía el plantel del Barcelona y yo dije que era como una selección (...) en ese momento yo dije que tal vez lo que no tenía el Barcelona era la figura del nueve típico. Y agregué algún nombre como ejemplo y creo que mencioné a Tonny Sanabria".

Tonny no será el nueve de Martino. Ha escogido Italia, siguiendo así los pasos de Icardi. Queda por saber si, a pesar de su juventud y sus ansias de probar el sabor del fútbol profesional, sigue la misma progresión del italoargentino, o por contra, se queda a pocos metros de los grandes.