Tourmalet, la montaña del Tour

  • El Tour afrontrá este jueves el paso por el Tourmalet en el transcurso de la decimoctava etapa, que finalizará en Hautacam.

Pla D'Adet (Francia), 23 jul.- El Tour afrontrá este jueves el paso por el Tourmalet en el transcurso de la decimoctava etapa, que finalizará en Hautacam.

Una montaña de "mal retorno", según la lengua gascona, un lugar de culto que guarda como un tesoro la épica de la carrera y del ciclismo, un símbolo que se inventó para poner a prueba los límites humanos.

Napoleón III ordenó en 1984 despejar un camino entre la corta vegetación de la zona para tener acceso a manantiales de agua que tenían propiedades curativas. Una primera incursión hacia la leyenda.

En 1910 comenzó el mito en relación con el Tour. Un periodista de L'Auto, Alphonse Steines, precursor del actual L'Equipe, recibió un encargo de su jefe, Henri Desgranges, organizador del Tour en 1910, ávido de incluir en la carrera terrenos para la épica.

Steines se adentró en la carretera de tierra rumbo a lo desconocido, en un entorno donde aún habitaba el oso pardo y el lobo. La nieve le cortó el paso al vehículo, así que el explorador echó a andar y a pesar de que la noche se le echó encima anduvo muchas horas hasta que apareció al otro lado de la montaña.

Cuando llegó a la localidad de Bareges, al pie del Tourmalet, Steines fue a la oficina de telégrafos y le mandó un mensaje a Desgranges: "He cruzado el Tourmalet. La carretera es buena y transitable".

"El camino de mal retorno" daba así un paso decisivo para convertirse con el tiempo en la montaña de las montañas del Tour, donde cada vez que se visita se llena de cientos de miles de peregrinos de la bicicleta.

En la cima, a 2.115 metros de altitud, un monumento recuerda a Jacques Goddet, director del Tour de 1936 a 1947, y se rinde homenaje a todos aquellos ciclistas y aficionados que nunca olvidan hacerse una foto en tan insigne cima.

El primer conquistador del Tourmalet fue Octave Lapize, en 1910, año en el que además ganó el maillot amarillo en París. Este campeón fue precisamente uno de los mitos que cayeron en la I Guerra Mundial de la que este año se conmemora el Centenario.

Las leyendas y anécdotas nunca han faltado en relación a este puerto de los Pirineos. En 1913, Eugène Christophe rompió la horquilla de su bicicleta en el Tourmalet y bajó a repararla en una forja en Sainte Marie de Campan. Así pudo seguir en carrera.

La última vez que se subió el Tourmalet fue en 2012 y lo superó en cabeza el francés Thomas Voeckler.

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