Tras el Mundial-2015, el rugby piensa ya en Japón-2019

  • La Copa del Mundo de rugby, que se organizará por primera vez en Japón en 2019, hará caer nuevas barreras con el esperado progreso de las naciones menores y la búsqueda de un tercer título consecutivo por los All Blacks.

Las fechas ya están fijadas. La novena Copa del Mundo tendrá lugar del 20 de septiembre al 2 de noviembre de 2019, con 20 equipos y el mismo formato de competición que en Inglaterra-2015. Los 48 partidos se disputarán en 12 estadios repartidos en las islas principales del archipiélago.

Las cuatro primeras semanas serán esperadas con impaciencia, después de la actuación de los japoneses en tierras inglesas cuando lograron un éxito histórico (34-32) ante Sudáfrica el 19 de septiembre.

A punto de entrar en cuartos de final, los Brave Blossoms nipones tienen motivos para creer que pueden colarse entre las ocho mejores selecciones mundiales.

Con esta ambición, los entonces anfitriones contarán con los Sunwolves, franquicia que integrará el campeonato del hemisferio sur (el Super Rugby). Esto dará a sus jugadores la experiencia de jugar partidos de alto nivel.

"El rugby japonés debe tener un plan de desarrollo con el fin de dar un impulso al equipo nacional", previno el seleccionado Eddie Jones, antes de dejar su puesto.

Otra gran promesa del Mundial-2015, Argentina, ha hecho la misma apuesta. La Federación ha elegido 'repatriar' a sus mejores jugadores que juegan en Europa para hacerles disputar juntos en la franquicia que disputará el Super Rugby.

El reto es simple: hacer progresar a los jugadores para permitir a Los Pumas, semifinalistas en 2007 y 2005, llegar a su primera final mundial.

Los beneficios no se harán esperar después del juego ofensivo desarrollado por los argentinos. La Unión Argentina de Rugby deberá sin embargo lidiar con el caso de Daniel Hourcade, que dijo estar dispuesto a prolongar la aventura por dos años.

Sudáfrica aborda un nuevo ciclo. Con una generación de jugadores jóvenes muy prometedores (Malherbe, De Jager, Etzebeth, Pollard, Kriel, De Allende) pero con el interrogante sobre quién ocupará el banquillo de los Springboks.

Heyneke Meyer, que llevó a los Boks a semifinales pese a caer con Japón, expresó su deseo de seguir la aventura. Pero, si sigue en el puesto, estará obligado a abrir el equipo a los diferentes componentes de la sociedad sudafricana a petición de su gobierno.

Los sistemas de estos países, como los de Australia y Nueva Zelanda, giran en torno al equipo nacional. Gales, que se quedó a las puertas de las semifinales, también lucha por mantener a sus mejores jugadores bajo contrato federal.

Sin embargo, sobre todo en Francia e Inglaterra, los jugadores se debaten entre sus clubes, que les pagan, y la selección.

Estos dos pesos pesados del hemisferio norte, eliminados en cuartos de final y la fase de grupos, respectivamente, fueron los grandes perdedores del Mundial-2015. Los dos países se preguntan qué camino tomar para recolocar al equipo nacional en el centro de sus decisiones.

Durante ese tiempo, los All Blacks ya han creado programas de desarrollo. El contrato del entrenador Steve Hansen se prolonga hasta 2017.

El país del helecho, utiliza todo sus sistemas para alimentar a la selección. Aunque deberán manejar la marcha de Dan Carter, Ma'a Nonu, Conrad Smith y del capitán Richie McCaw, que no estarán en 2019, los All Blacks serán los grandes favoritos para repetir título.

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