Twickenham, templo del rugby y máquina de hacer dinero

  • Templo del rugby inglés desde 1909, el estadio de Twickenham, que albergará diez partidos del Mundial, incluida la final, se ha convertido con el paso del tiempo en una máquina de hacer dinero: para alegría de la federación, su propietaria.

El 30 de junio de 2014, la Federación Inglesa de Rugby (RFU), que instaló allí su sede, habría logrado 208,1 millones de euros de ingresos para la temporada terminada, de los que 121,58 provenían directamente de la explotación comercial del recinto.

Twickenham, de una capacidad de 82.000 personas, no se contenta solo de recibir partidos de rugby, en particular los del XV de la Rosa.

Abierto 365 días al año, el estadio, afectuosamente llamado "el jardín de coles", era un terreno agrícola en 1907, cuando la RFU lo adquirió por 5.500 libras de la época, se ha enormemente diversificado en su versión moderna, terminada en 2006.

Twickenham, situado cerca del aeropuerto de Heathrow, al sudoeste de Londres, cuenta con un hotel de cuatro estrellas y 156 habitaciones, un gimnasio, el comercio oficial de la RFU, un museo de rugby que propone también visitas y salas de recepción alquiladas a precio de oro por la federación a empresas o particulares.

El mayor recinto deportivo mundial dedicado exclusivamente al rugby organiza a lo largo del año conciertos de estrellas mundiales como Rihanna o los Rolling Stones, bodas, seminario de empresas o la convención anual de los Testigos de Jehová desde hace casi 50 años.

En el exterior, un aparcamiento de 2.000 plazas alberga a los visitantes. En el interior, 155 palcos privados dan al césped, un auditorio de varios centenares de plazas y 25 salas de conferencias permiten hacer ganar dinero de forma permanente.

La RFU creó incluso en 2000 una empresa para la explotación extradeportiva de su estadio.

Si la venta de entradas representaron en 2014 la suma de 35,8 millones de euros para la RFU, los mayores ingresos provienen de la organización de recepciones (50,31 millones de euros). El hotel da 8,47 millones de euros por año y la sala deporte 5,47 millones de euros.

La actividad de los comercios de la RFU, realizada sobre todo en el de Twickenham, se cifra en 6,5 millones de euros.

El estadio ha sufrido un cambio de cara estos últimos años para albergar la Copa del Mundo, que ha necesitado una inversión de 455 millones de euros.

Nada tiene por tanto que ver con el estadio que albergó su primer partido internacional el 15 de enero de 1910 entre Inglaterra y Gales.

Pero "pertenece al patrimonio genético del rugby", como lo proclama la RFU que ha sabido convertir perfectamente el afecto popular en dinero.

Fue en Twickenham que un grupo de estudiantes se puso a cantar por primera vez "Swing low, swing chariot", que se ha convertido en himno de la selección inglesa, en una victoria contra Irlanda en 1988.

Pero si no es el recinto más cómodo de Inglaterra, cuando el XV de la Rosa juega, la multitud colapsa las arterias que conducen al recinto. Se necesita media hora para recorrer 900 metros de la calle principal de llegada, llena de puestos de venta de recuerdos y de hamburguesa y perritos calientes, al estadio.

Twickenham albergará, como el Eden Park de Auckland, su segunda final de un Mundial. En 1991, Inglaterra cayó en el partido de lucha por el título. Ahora tiene una segunda oportunidad.

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