Uruguay tiene un Ferrari

  • Uruguay también existe en el ciclismo internacional, tiene un Ferrari (Fabricio Ferrari), que hoy fue protagonista en la Vuelta por estar escapado durante la tercera etapa y estar involucrado en una caída, es el segundo uruguayo en correr la ronda española tras hacerlo su compatriota Héctor Rondán en la década de los años 80.

José Anselmo Moreno

Vilagarcía de Arousa (Pontevedra), 26 ago.- Uruguay también existe en el ciclismo internacional, tiene un Ferrari (Fabricio Ferrari), que hoy fue protagonista en la Vuelta por estar escapado durante la tercera etapa y estar involucrado en una caída, es el segundo uruguayo en correr la ronda española tras hacerlo su compatriota Héctor Rondán en la década de los años 80.

El nombre de Fabricio Ferrari, corredor del Caja Rural, no había sonado hasta hoy en las carreteras españolas en una gran Vuelta y, sin embargo, vive en España desde hace varios años. Su escapada de esta tarde le ha puesto en el mapa del ciclismo español tras haber corrido fundamentalmente en el País Vasco.

A sus 27 años, este "charrúa" defiende al Caja Rural, un equipo aficionado con estructura profesional. De todos los equipos tradicionales del ciclismo español, que llegó a tener hasta doce formaciones en la elite, solamente el Caja Rural compite en esta Vuelta a España 2013.

Ferrari nació con una bicicleta entre las piernas. Su padre, Díber Ferrari, fue corredor y director de la selección. Sin embargo, tal y como sucedió con el colombiano Nairo Quintana, Fabricio empezó muy tarde a competir, a los 16 años, y fue precisamente su propio progenitor quien le aconsejó no precipitarse como ciclista.

Recuerda que a esa edad debió enfrentarse a deportistas de más de 30 años porque en Uruguay no hay categorías especificas. A los 18 años, en la Vuelta del Litoral, sufrió un gravísimo accidente que le mantuvo hospitalizado varias semanas por una lesión en el hígado.

Pensó que no volvería a correr pero, como les ha pasado a tantos ciclistas, esa sensación le hizo mucho más fuerte y, como en Uruguay el ciclismo no tiene "tirón", vino a buscarse la vida en España. Y lo consiguió.

Recordaba en la presentación de esta Vuelta que pagó el billete con el dinero ganado en las carreras uruguayas y que le costó "muchísimo" adaptarse al ciclismo español porque "aquí el terreno es muy montañoso".

Cuando llegó pesaba 73 kilos y hoy la báscula se para en el número 64. Gracias a su cuidado en la alimentación y a los duros entrenamientos en España a Ferrari se le puede considerar ahora como un ciclista completo, incluso con recorrido para seguir creciendo.

Fabricio Ferrari Barcelo (Santa Lucía, Canelones, 3 de junio de 1985) vive en Igara, a 50 kilómetros de San Sebastián. Ha militado en el Alas Rojas de Santa Lucía (2004/05), Azysa (2006), Azpiru-Ugarte (2007/08) y ahora en el Caja Rural.

En dos ocasiones se ha coronado vencedor del Torneo Euskaldun y en una logró el trofeo Sub 23 de la Fedecación Vasca. En el año 2009 sumó los títulos de la Vuelta al Goierri y de Bizkaiko Bira.

En 2005 compitió en los Campeonatos Panamericanos Sub 23 y Elite en Mar del Plata, Argentina. En la primera de las categorías, Ferrari se colgó la presea de bronce en la contrarreloj individual. Y los Panamericanos no son cualquier cosa, tienen una relevancia muy notable en toda Latinoamérica.

Ahora, recuerda su trabajada metamorfosis con orgullo. "Tuve que cambiar mucho para poder adaptarme al ciclismo español, perdí peso y potencia pero a la vez mejoré en las escaladas, eso me ha hecho poder disputar carreras como esta Vuelta", dice el corredor del histórico Caja Rural, pues esta firma ya patrocinó a un equipo ciclista, entre principios de 1987 y mediados de 1989, con corredores como Marino Lejarreta o Mathieu Hermans.

La crisis económica, y del ciclismo en particular, ha dificultado la progresión y la aceleración de "este Ferrari". De hecho, el pelotón español tiene actualmente solo tres equipos en la elite, la menor cifra desde 2000. Euskaltel-Euskadi y Movistar, en el WorldTour, y Caja Rural, como Profesional Continental, son los únicos supervivientes. Ferrari también sobrevive.

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