Valverde y el Tour no se quieren

  • Amand-Montrond (Francia), 12 jul.- Definitivamente la historia de amor entre Alejandro Valverde y el Tour de Francia es imposible. Se trata de una relación que nunca llega a buen fin, ya que el infortunio siempre atrapa al ciclista español. Si no es una caída, es una avería, y si no que simplemente los rivales son mejores que él. Pero no hay manera de alcanzar el podio.

Carlos de Torres

Saint-Amand-Montrond (Francia), 12 jul.- Definitivamente la historia de amor entre Alejandro Valverde y el Tour de Francia es imposible. Se trata de una relación que nunca llega a buen fin, ya que el infortunio siempre atrapa al ciclista español. Si no es una caída, es una avería, y si no que simplemente los rivales son mejores que él. Pero no hay manera de alcanzar el podio.

El último infortunio le ha llegado en la etapa número 13 del Tour del centenario. Era segundo en la general a 3.25 de Froome y su objetivo era alcanzar este año un puesto en el cajón de París. En su madurez y pleno de seguridad creía que este año sí.

Pero no. Valverde salió vivo de los Pirineos y de la cronometrada de Mont Saint Michel, pero en una etapa de las llamadas de transición recibió un golpe que le rompió la rueda trasera. Avería fatal, pues los rivales de la general salieron volando a meta. La persecución fue vana, y el español se presentó en meta a casi 10 minutos. Del segundo puesto al decimosexto, a 10.26. Adiós al Tour.

"Siempre me pasa algo en el Tour. No ganaremos la carrera, pero haremos daños", dijo en la meta de Saint-Amand-Montrond.

La retahíla de desgracias comenzó en 2005, cuando debutó en la "grande boucle". Aquel año ganó en Courchevel, en un duelo con Lance Armstrong, y llegó a ponerse el maillot blanco de mejor joven. Dos días después de su hazaña tuvo que abandonar el Tour al resentirse de un golpe en la rodilla sufrido en la contrarreloj por equipos, algo que le mantuvo apartado de la competición hasta el Mundial.

En 2006, Alejandro Valverde, partía en el grupo de favoritos, pero una caída en la tercera etapa camino de Valkenburg le mandó a casa. Fue evacuado a un hospital de la zona con fractura de la clavícula derecha. Era quinto en la general de la ronda francesa.

En la siguiente temporada, 2007, finalizó sexto en la clasificación general, su mejor puesto. Los puertos le alejaron del podio, pero terminó ileso, sin contratiempo alguno.

Las expectativas eran máximas en 2008 tras imponerse en la Dauphiné y Campeonato de España. Llegó al Tour con el cartel de favorito y vistió de amarillo tras ganar la primera etapa en Plumelec. No mejoró su actuación anterior y fue octavo.

"Balaverde" ya no apareció por el Tour hasta 2012. Tras cumplir una sanción de dos años se presentó "más ilusionado que nunca". Como siempre. Pero la racha empezó con un pinchazo en la séptima etapa, el día que Froome se impuso en la Planche des Belles Filles. Se puso en la general a 5 minutos de Bradley Wiggins.

Al día siguiente perdió otros 2 minutos en una caída y cerró el ciclo compartiendo otro trastazo junto a Samuel Sánchez. El asturiano se fue a casa con la clavícula rota, y el murciano cambio el chip. Buscó una etapa, la encontró con una histórica escapada en Peyragudes y acabó vigésimo.

El Tour 2013, el del centenario volvía a ser el objetivo del año para Valverde. "Ya no quiero etapas, quiero el podio", decía en la salida de Córcega. Convencido de encontrarse en su plena madurez como ciclista y con una nueva mentalidad pulida en sus podios en la Vuelta, incluido su triunfo de 2009, el corredor de las Lumbreras apuntaba más alto.

A 80 kilómetros de meta comenzó el último naufragio, Un golpe en su rueda trasera le obligó a cambiarla. Un parón letal, definitivo. Perder el contacto con el grupo principal le hundió, pues los rivales de la escuadra holandesa del Belkin tiraron a bloque para quitarle al español el segundo puesto del podio.

Otro año que no. El Tour no le regala ni una sonrisa a Valverde. Amor imposible.

Mostrar comentarios