Yacine Brahimi, el rayo que no cesa

  • Con su "gol messiniano" ante el BATE Borisov bielorruso, el tercero que les marcó, el franco-argelino Yacine Brahimi se ha ganado un lugar en la historia del Oporto, al que lideró en su victoria más abultada en Liga de Campeones.

Antonio Torres del Cerro

Lisboa, 18 sep.- Con su "gol messiniano" ante el BATE Borisov bielorruso, el tercero que les marcó, el franco-argelino Yacine Brahimi se ha ganado un lugar en la historia del Oporto, al que lideró en su victoria más abultada en Liga de Campeones.

Brahimi (París, 1990) ha encandilado al fútbol portugués con un repertorio de regates, eslalon y certeros remates que sÓlo se ve en los elegidos del balompié.

El miércoles, su fútbol vertical guió al experimentado Oporto a su mayor triunfo en sus casi veinte ediciones de Liga de Campeones.

Sumó tres de los seis goles que el doble campeón europeo endosó al BATE (6-0), su primer rival del grupo H, donde también figura el Athletic de Bilbao y Shakhtar Donetsk.

Fichado del Granada este verano por deseo del entrenador Julen Lopetegui, la llegada de Brahimi fue mucho menos llamativa que la de los españoles Cristian Tello y Óliver Torres o el brasileño Casemiro.

Su rendimiento, sin embargo, ha sido, de lejos, el que más ha recibido aplausos.

El muchacho que emulaba a otro franco-argelino, Zinedine Zidane, en el suburbio parisino de Montreuil in Seine-Saint-Denis ha irrumpido inesperadamente en la principal vitrina del fútbol europeo de clubes.

"Es la primera vez que marco tres goles en un partido. No sé si es el mejor de mi carrera, pero es un partido importante, el primero que hice en 'Champions'", reconoció anoche después de su inolvidable actuación.

En el primero (minuto 5), se aprovechó de un error en la entrega del meta visitante, Chernik, para encarar a su par, dejarle atrás con un regate largo y fusilar por el palo corto con la izquierda, teóricamente su pierna "mala".

El segundo, en el 32, fue antológico. Arrancó en diagonal desde el centro del campo, se deshizo de tres adversarios y remató cruzado al poste izquierdo. Un tanto que podría haber firmado el propio Leo Messi.

Y puso la guinda a su excepcional partido con un libre directo ejecutado con más colocación que potencia en el 57, después de una falta provocada por él mismo.

Brahimi, que recorrió todos los escalones inferiores de la selección francesa, pero que acabó por representar a la Argelia de sus padres, con la que disputó un notable Mundial, es la segunda vez que anota de libre con el Oporto.

En la eliminatoria de acceso a la Liga de Campeones ante el Lille francés, hizo el 1-0 con un chute tenso y colocado.

"Está haciendo muy buen trabajo y tiene que seguir así", resumió el español Lopetegui, que anoche le utilizó como extremo izquierdo, a pierna cambiada.

La eclosión del liviano futbolista (1,75 metros) formado en el Rennes ha significado la habitual suplencia de uno de los símbolos del Oporto, el portugués Ricardo Quaresma, así como la de los españoles Adrián López y Cristian Tello.

Protegido por una cláusula de rescisión de 50 millones de euros, "los dragones" le ficharon por 6,5 millones, aunque, días después, vendieron al fondo de inversión Doyen el 80 por ciento de los derechos económicos del jugador a cambio de 5 millones.

Así, en caso de que se venda al internacional argelino, solo un 20 % del montante irá para las arcas del club portugués.

En cualquier caso, como históricamente ha ocurrido con muchos jugadores del Oporto, Brahimi, el rayo que no cesa, promete generar un abultado negocio.

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