Yusra Mardini, la atleta que salvó a 20 personas de morir ahogadas en su viaje hasta Lesbos

  • La nadadora siria de 18 años huyó de la guerra junto a su hermana en un bote concebido para siete personas, en el que viajaban 20.

    La embarcación no resistió, y junto a su hermana nadó para remolcarla. Con asilo político en Berlín, Yusra entrenó y ahora forma parte del equipo olímpico de refugiados.

Yusra Mardini, la atleta que salvó a 20 personas de morir ahogadas en su viaje hasta Lesbos
Yusra Mardini, la atleta que salvó a 20 personas de morir ahogadas en su viaje hasta Lesbos
Getty Images.
D. M.

Antes de emigrar a Alemania, la nadadora Yusra Mardini soñaba con dar una medalla de oro a Siria. La guerra en su país frenó sus esperanzas, pero la 'sirenita' de Damasco estará en agosto en los Juegos Olímpicos de Rio con un equipo de refugiados.

La joven de 18 años, que ha pedido asilo en Berlín, fue una de las 43 deportistas preseleccionadas por el Comité Olímpico Internacional (COI) para constituir un equipo de refugiados, y finalmente estará entre los 10 seleccionados que desfilarán bajo la bandera olímpica de los cinco anillos en Río de Janeiro.

Una hazaña espectacular, y más teniendo en cuenta que Yusra salvó a 20 personas de fallecer ahogadas en su trayecto hasta la isla griega de Lesbos.

Yusra y su hermana Sarah de 20 años, dejaron Damasco a mediados de agosto de 2015, con el corazón roto por dejar atrás a sus padres, pero era primordial huir de la violencia.

"Nuestra casa había sido destruida, no podía entrenar desde hacía dos años", explica.

Se embarcó entonces en un bote neumático, con la isla griega de Lesbos como destino. La embarcación está concebida para siete ocupantes y eran veinte, "de los cuales apenas tres sabían nadar".

Cuando la embarcación amenazaba con arrojar por la borda personas y bienes, Yusra y Sarah, que también es nadadora, se lanzaron al agua y ayudaron a remolcar el bote. "Al principio era horrible, pero pensé igual que mi hermana que nos avergonzaríamos si no ayudábamos a la gente que venía con nosotros", recuerda.

Al alba, después de horas en el agua, Yusra y Sarah llegaron a tierra. "Baba (papá en árabe), ¡lo hemos logrado! ¡Estamos en Grecia!" , le gritaron por teléfono a su padre, Ezzat, de 45 años y que estaba en Jordania.

"Fue la espera más larga de mi vida", explica Ezzat, que luego pudo reunirse con sus hijas en Berlín.

La continuación de ese periplo homérico se parece al de centenares de miles de sirios que tenían Alemania como meta. La ruta de los Balcanes, las penurias del periplo, los problemas para cruzar fronteras.

Incluso en esos momentos, Yusra demostró valentía: "Hemos estado cerca de morir ahogadas, ¡no nos dais miedo!", dijo ante unos policías húngaros.

En Berlín fue instalada en un antiguo cuartel. La intérprete egipcia de ese refugio le puse en contacto con el club de natación Wasserfreunde Spandau 04 y con su futuro entrenador, Sven Spannekrebs.

Para clasificarse para los Juegos Olímpicos tenía que tener un tiempo de 2 minutos y 3 segundos, y su mejor marca era de 2 minutos y 11 segundos, pero finalmente consiguió reducirlo y estará en Río de Janeiro.

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