Zorrilla, "territorio comanche" para un Dépor que sólo ganó en dos ocasiones

  • Valladolid.- El Deportivo sólo ha ganado dos veces en partidos de Liga disputados como visitante en el estadio Zorrilla, mientras que ha empatado en ocho ocasiones y ha encajado catorce derrotas, algunas de ellas abultadas, lo que hace del feudo vallisoletano una especie de "territorio comanche" para los gallegos.

Zorrilla, "territorio comanche" para un Dépor que sólo ganó en dos ocasiones
Zorrilla, "territorio comanche" para un Dépor que sólo ganó en dos ocasiones

Valladolid.- El Deportivo sólo ha ganado dos veces en partidos de Liga disputados como visitante en el estadio Zorrilla, mientras que ha empatado en ocho ocasiones y ha encajado catorce derrotas, algunas de ellas abultadas, lo que hace del feudo vallisoletano una especie de "territorio comanche" para los gallegos.

Hace dos temporadas, en el regreso de los blanquivioleta a la elite, el Dépor recolectó un empate (2-2), con goles de Taborda y de Riki para los blanquiazules y de García Calvo y Sisi para los castellanos.

La pasada temporada, el Real Valladolid buscó y encontró la exquisitez ante un Deportivo que encajó tres tantos espectaculares, sobre todo uno para "enmarcar" de Pedro López, probablemente entre los cinco mejores que se han visto nunca en el estadio José Zorrilla.

El lateral valenciano lanzó un pelotazo desde la línea divisoria que se coló por la escuadra derecha del marco de Daniel Aranzubía. Los otros dos tantos, también de bella factura, fueron materializados por Jonathan Sesma y el hoy jugador del Getafe Pedro León Sánchez.

Sin embargo, hubo un partido jugado en Zorrilla hace ya veinte años que marcó la relación entre Real Valladolid y Deportivo. Fue una semifinal de Copa del Rey en la que ambos buscaban una grandeza que, hasta entonces, ninguno tenía por "hábito".

Su rutina era la propia de esos equipos modestos destinados a vivir con los recursos justos y siempre al borde del precipicio. Tal vez por eso era tan importante pasar a la final de Copa, lo que acabó consiguiendo el Real Valladolid.

Entonces, en aquella campaña 1988/89, no había nacido todavía el recordado Superdépor, aunque su "orfebre", el técnico de Arteixo Arsenio Iglesias Pardo, ya estaba al frente de un equipo gallego en el que su estandarte era un tal José Francisco González Fran, aquel centrocampista zurdo, finísimo, que días antes de jugar el partido de vuelta en Zorrilla había cumplido 19 años.

La siguiente temporada, el Deportivo subió a Primera División y después, con la llegada de los internacionales brasileños Bebeto y Mauro Silva, se puso esa "vestimenta" de Superdépor que marcó para siempre su historia.

Y es que aquel equipo tuvo la gloria y el esplendor por costumbre durante casi una década. Partidos memorables en la Liga de Campeones le otorgaron un caché envidiable para clubes de similar potencial deportivo y económico.

En pleno apogeo de ese Superdépor hubo otro precedente destacable en los enfrentamientos entre ambos equipos. Fue una dura entrada del defensa boliviano del Real Valladolid Juan Manuel Peña a Juan Carlos Valerón, lo que causó una grave lesión al centrocampista canario en la temporada 2002/2003.

Las paradojas del fútbol propiciaron un caso similar pero al revés. Fue otra lesión grave, la de Oscar Sánchez tras falta del lateral deportivista, ahora blanquivioleta, Antonio Barragán. Se produjo durante un partido de la Copa del Rey de la campaña 2006/2007, con el Valladolid en Segunda División.

Jugadores originarios del Deportivo como el mencionado Barragán, Fabricio, Chuchi Hidalgo, Ramón, Turu Flores o Pablo Amo, que ni siquiera llegó a debutar en Liga, han vestido de blanquivioleta, mientras que Fernando Sánchez Cipitria o Emilio Amavisca han jugado en el Deportivo tras pasar por el Real Valladolid, donde se dieron a conocer.

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