El jefe de la oficina del CICR en Alepo, Valter Gros, ha explicado en un comunicado que "no hay barrio de la ciudad que no haya sido atacado". "En todos los lugares por donde vas, oyes explosiones de morteros, bombardeos y aviones", ha afirmado, para describir un escenario en el que "todo el mundo teme por su vida y nadie sabe qué va a ocurrir a continuación".
Un ataque aéreo destruyó el miércoles por la noche el hospital de Al Quds, apoyado por Médicos sin Fronteras (MSF) y por el CICR. Para esta organización, este tipo de incidentes son "inaceptables", si bien como ha apuntado la jefa de la misión en Siria, Marianne Gasser, "no es la primera vez que se ataca a servicios médicos vitales".
"Instamos a todas las partes a respetar a los civiles. No ataquéis hospitales, no uséis armas que pueden provocar daños masivos. En caso contrario, Alepo se verá empujada más al borde de un desastre humanitario", ha alertado Gasser.
Alepo, la segunda ciudad de Siria, ha sufrido una destrucción masiva desde el inicio de la guerra y los civiles que aún quedan en la ciudad llevan meses sin agua ni electricidad. Millones de civiles se encuentran en situación de riesgo y sin posibilidad de recibir ayuda de las organizaciones humanitarias.
El CICR y la Media Luna Roja siria ha colaborado con las instalaciones médicas ubicadas en zonas controladas tanto por los rebeldes como por el régimen de Bashar al Assad. También ha tratado de llevar comida y medicinas a ambas partes, aunque ha apuntado que, si prosiguen los enfrentamientos, no se podrán reponer los suministros.
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