El líder de Hezbolá dice que el régimen sirio ha "ganado" la guerra y que solo quedan "batallas dispersas"

  • El líder del partido milicia chií libanés Hezbolá, Hasán Nasralá, ha asegurado que las fuerzas leales al régimen que preside Bashar al Assad han logrado la victoria en la guerra de Siria, de la que ahora solo quedan unas "batallas dispersas".
Reuters/EP

Las palabras del líder de Hezbolá --un grupo que ha estado combatiendo con sus milicianos apoyando al régimen sirio durante toda la guerra-- representan uno de los discursos más triunfalistas realizados hasta la fecha por el bando que respalda al presidente sirio y llega cuando el Gobierno de Damasco está avanzando posiciones en el este de Siria frente a Estado Islámico.

En referencia a las fuerzas que combaten al régimen sirio, Nasralá ha asegurado en un encuentro religioso que "la senda del otro proyecto ha fracasado" y que "ahora quiere negociar para conseguir algunas ganancias", según ha informado el diario 'Al Ajbar'.

"Hemos ganado en la guerra... lo que quedan son algunas batallas dispersas", ha afirmado el líder de Hezbolá, un grupo que, junto con Irán y con Rusia, ha respaldado desde el inicio del conflicto al Gobierno de Damasco.

Una fuente conocedora del discurso de Nasralá ha confirmado la información publicada por el diario 'Al Ajbar'. Con el apoyo de las fuerzas de Rusia y de Irán, las fuerzas de Al Assad han logrado arrebatar a los rebeldes diversos territorios que controlaban en las ciudades de Alepo, Homs y Damasco durante el último año y ahora no se atisba una eventual derrota del bando leal al mandatario sirio.

Los altos el fuego impulsados por Rusia, Turquía, Irán y Estados Unidos en las zonas que siguen bajo control de los sublevados en el oeste de Siria han permitido al régimen concentrarse en su avance en la provincia de Deir Ezzor, rica en petróleo.

La ofensiva hacia el este para tomar Deir Ezzor, impensable hace dos años cuando el régimen de Al Assad corría el riesgo de desmoronarse, ha subrayado una posición más consolidada del Gobierno de Damasco y el dilema de los países occidentales que todavía mantienen que Al Assado no debería seguir al frente del país ni en una transición.

La semana pasada, las fuerzas gubernamentales alcanzaron la ciudad de Deir Ezzor, rompiendo el cerco impuesto desde hace tres años por Estado Islámico en la localidad y en una base aérea militar próxima. En un discurso televisado en agosto, el presidente sirio afirmó que hay señales que apuntan a su victoria en la guerra pero dejó claro que todavía continúa la batalla.

Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), apoyadas por Estados Unidos, han lanzado en los últimos días una ofensiva contra Estado Islámico en la provincia de Deir Ezzor. Esta alianza de milicianos, dominada por la fuerza kurda Unidades de Protección Popular, está llevando a cabo una campaña para expulsar a Estado Islámico de la ciudad de Raqqa, su principal bastión en Siria.

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