Miles de filipinos siguen sin hogar un año después del asedio de Zamboanga

  • Al cumplirse hoy un año de que cientos de rebeldes armados del Frente Moro de Liberación Nacional (FMLN) asediaran la ciudad de Zamboanga, en el sur de Filipinas, y causaran más de 200 muertos, miles de residentes de la zona aún no han podido volver a sus hogares y permanecen en campos de refugiados.

Helen Cook

Manila, 9 sep.- Al cumplirse hoy un año de que cientos de rebeldes armados del Frente Moro de Liberación Nacional (FMLN) asediaran la ciudad de Zamboanga, en el sur de Filipinas, y causaran más de 200 muertos, miles de residentes de la zona aún no han podido volver a sus hogares y permanecen en campos de refugiados.

Según cifras de las autoridades, más de 12.000 filipinos siguen en el principal complejo deportivo de Zamboanga, a los que se unen miles más de otros centros de desplazados, donde viven en condiciones infrahumanas y en los que han muerto cientos de ellos, denuncian varias ONG.

Un informe publicado por la ONU subrayó que 158 personas, la mitad niños menores de cinco años, han fallecido en los campos de desplazados, muchos de ellos por neumonías y diarreas.

La alcaldesa de Zamboanga, Isabelle Climaco Salazar, aseguró que están "trabajando duro" para reducir el número de muerte en los centros, y admitió que los ciudadanos aun no se han recuperado del asedio de los rebeldes, que el 9 de septiembre de 2013 secuestraron a más de 200 residentes, arrasaron más de 10.000 casas y sembraron el pánico durante 20 días de combates con el Ejército.

"Las heridas siguen abiertas, no están totalmente curadas, pero nos gustaría devolver la confianza a la gente", dijo a la prensa Salazar el lunes, durante un acto de conmemoración por los soldados y policías caídos en la lucha contra los insurgentes.

Sin embargo, la corregidora destacó que el reasentamiento de las miles de personas que aún permanecen en centros de desplazados ya ha comenzado, y aseguró que prevén que todas las casas que han sido construidas para los afectados hayan sido ocupadas para finales de año.

Según la Autoridad Nacional para la Vivienda (NHA, sus siglas en inglés), construirán hogares para unas 5.400 familias gracias a los 3.800 millones de pesos (67 millones de euros o 86,7 millones de dólares) asignados por el presidente del país, Benigno Aquino, para la rehabilitación de Zamboanga.

Pero las ONG critican la lentitud del proceso, puesto que según cifras oficiales sólo se han empezado a edificar 219 casas, y algunas de ellas a 20 kilómetros de donde solían vivir los afectados antes del asalto de los rebeldes.

Por su parte, las Fuerzas Armadas han reforzado su presencia en Zamboanga en el último año, donde se han desplegado más batallones de las Fuerzas Navales y se les ha dado el uso directo de navíos militares para poder responder inmediatamente a cualquier ataque.

Pero para el jefe del Comando Especial para Zamboanga, coronel Andrelino Colina, el grupo rebelde Abu Sayyaf (vinculado con Al Qaeda) y otras formaciones insurgentes en las provincias vecinas de Basilan y Sulu siguen presentes, por lo que la amenaza de un nuevo ataque a la ciudad persiste.

"Mientras sigan estando en las proximidades, Zamboanga siempre va a ser un objetivo de los rebeldes. Pero la próxima vez será distinto, porque hemos reforzado la seguridad", afirmó Colina al periódico local The Star.

Aunque el Gobierno de Filipinas firmó el pasado marzo un acuerdo de paz con el mayor grupo rebelde islamista del país, el Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI), el sur de archipiélago sigue inmerso en un conflicto en el que varias formaciones exigen la independencia de la isla sureña de Mindanao.

En las cuatro décadas que ha durado el conflicto, entre 100.000 y 150.000 personas han muerto y unos dos millones se han visto desplazadas.

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