Los Hermanos Musulmanes libios fundarán un partido sobre bases islámicas

  • Los Hermanos Musulmanes libios, forzados a la clandestinidad y el exilio durante las cuatro décadas del régimen de Muamar al Gadafi, vuelven a recuperar sus actividades con la intención de fundar un partido político sobre bases islámicas y jugar un importante papel en la construcción de la nueva Libia.

Jorge Fuentelsaz

Trípoli, 21 sep.- Los Hermanos Musulmanes libios, forzados a la clandestinidad y el exilio durante las cuatro décadas del régimen de Muamar al Gadafi, vuelven a recuperar sus actividades con la intención de fundar un partido político sobre bases islámicas y jugar un importante papel en la construcción de la nueva Libia.

"Pensamos, por supuesto, en entrar en política y en la lucha política en las primeras elecciones legislativas que se celebren", aseguró en una entrevista con Efe Amin Belhach, uno de los dirigentes de la agrupación islámica y miembro de la máxima autoridad rebelde, el Consejo Nacional Transitorio (CNT).

Con este objetivo pretenden fundar un partido político, aunque según aclaró Belhach, de momento es demasiado temprano para determinar su naturaleza definitiva, debido a que según sus cálculos no habrá comicios parlamentarios hasta dentro de dos años y medio.

La prioridad es acostumbrarse a las prácticas democráticas tras tantos años de régimen personalista y ausencia de instituciones.

"En Libia no teníamos partidos, no teníamos democracia. Lo primero que queremos hacer es practicar la democracia", dijo.

Lo que si pudo adelantar es que la nueva agrupación, cuyo nombre tampoco ha sido decidido, será independiente de la actual cúpula dirigida por Suleiman Abdel Qader Batus.

"Sin embargo, todavía está en discusión si será sólo un partido de los Hermanos Musulmanes o si estará abierto a terceros", dijo este dirigente, antiguo profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Trípoli y que vivió diez años exiliado en Londres.

Aunque es consciente de que su cofradía no cuenta con la influencia de los Hermanos Musulmanes egipcios, donde esta agrupación nació en 1928 de la mano del maestro de escuela Hasan al Bana, asegura que su presencia se extiende por toda la franja norte del país y que jugarán un importante papel en la futura Libia.

"Nuestro papel es ayudar a construir la Libia que quiere el pueblo libio. Deseo que los Hermanos contribuyan a entender un islam correcto dentro de Libia, a concienciar y educar", declaró.

Esta agrupación social, económica, política y religiosa, la más antigua e influyente en el mundo árabo-islámico, apuesta, según Belhach, por "un Estado civil y democrático en el que haya transparencia".

Aunque, sin olvidar que Libia "es un país musulmán, todo el pueblo es musulmán, por lo que la democracia se debe levantar sobre la base del islam".

En este sentido, la cofradía defiende "todos los mecanismos democráticos, las elecciones, la prensa libre, la separación de poderes, la alternancia en el poder y los derechos de las mujeres", pero siempre "en el marco de la sharia (ley islámica)".

En este sentido insiste en que el islam y la democracia no están reñidos.

"Creemos que la democracia es necesaria y que el pueblo es la fuente de los poderes, que deben estar separados", dijo el dirigente islámico en la recepción de un hotel de lujo de Trípoli donde se hospedan numerosos líderes políticos del CNT.

Con la barba perfectamente arreglada, vestido con traje y corbata y un tono sosegado al hablar, en el que a veces se adivina la fatiga de los largos días de discusiones en el seno del Consejo Nacional, Belhach explica la concepción política de este grupo, políticamente reformista y moralmente ultraconservador.

"El modelo de los Hermanos Musulmanes se basa en que la política es parte del islam y el islam es parte de la política. Para los Hermanos, el islam es una manera de vida, no es solo algo de la mezquita, no es solo una cuestión moral", relata.

Convencido de que el liderazgo político de occidente sufre una crisis de valores y que los dirigentes han perdido credibilidad para muchos votantes, Belhach piensa que su agrupación, sobre la base del islam, suple estas carencias.

"Mucha gente de occidente critica la democracia porque los presidentes o quienes gobiernan no son honestos ni tienen credibilidad, no tienen la honestidad que se les exige. Nosotros decimos que la democracia desde el islam debe hacer las cosas bien, desde el corazón, no solo limitarse a las palabras", dijo el profesor libio.

Asimismo, sobre las supuestas diferencias dentro del seno del CNT, entre liberales e islamistas, Belhach zanjó la discusión asegurando que no existen, porque, según dijo, el liberalismo en Libia no tiene ningún peso.

Los Hermanos Musulmanes egipcios se extendieron a partir de los años 50, coincidiendo con la represión del presidente egipcio Gamal Abdel Naser, por numerosos países de la región.

En ellos fundaron nuevas sedes que funcionan independientemente de El Cairo, como en Jordana, donde apostaron por aliarse con el régimen hasta los años 80, en Siria, donde se involucraron en la lucha armada contra el poder a finales de los 70 y principios de los 80, o en Egipto donde hasta la caída de Hosni Mubarak intentaron adaptarse en una elite que se negaba a reconocerlos legalmente.

En Libia fueron duramente perseguidos por el régimen gadafista.

"Antes no podíamos decir que éramos Hermanos, si lo decías inmediatamente te cortaban la cabeza", comentó Belhach para agregar: "Ahora, gracias a dios, nos reunimos, salimos en los medios, hacemos reuniones públicas, empezamos a movernos y le podemos decir a la gente que somos Hermanos Musulmanes".

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