La comunidad chilena en Malvinas goza de bienestar y se siente integrada

  • Los chilenos que viven en las Malvinas, que representan la comunidad extranjera más numerosa, gozan de un alto grado de bienestar y la mayoría se sienten plenamente integrados e identificados con la población autóctona de las islas.

Santiago de Chile, 3 abr.- Los chilenos que viven en las Malvinas, que representan la comunidad extranjera más numerosa, gozan de un alto grado de bienestar y la mayoría se sienten plenamente integrados e identificados con la población autóctona de las islas.

Aunque oficialmente hay 161 habitantes de nacionalidad chilena en estas islas pobladas por 3.000 personas, la cifra real supera los 250, ya que muchos de ellos viven allí de forma temporal.

Según declaraciones de algunos residentes hechas en los últimos días a Efe por teléfono y en Puerto Stanley, el sentir general de la colonia chilena está cercano a los "kelpers", la población de origen británico mayoritariamente partidaria de la postura que mantiene el Reino Unido en el conflicto con Argentina por la soberanía de las islas.

La tensión entre los dos países se ha elevado con motivo del 30 aniversario del inicio de la guerra con la que el 2 de abril de 1982 Argentina intentó recuperar sin éxito el control de ese territorio del Atlántico Sur, en manos británicas desde 1833.

"En realidad (el conflicto) es un tema de todos los días. Se habla constantemente, pero aun así seguimos haciendo nuestra vida normal", cuenta a Efe Miguel Barrientos, traductor y profesor de idiomas de 37 años, quien llegó a las Malvinas en 2004.

La vida en Malvinas, dice Barrientos, es "tranquila", porque no hay delincuencia, y "si uno quiere ahorrar, lo puede hacer", agrega.

"Tenemos un estándar bastante alto. El costo de la vida es elevado, pero los salarios también lo reflejan. Acá no tenemos grandes diferencias socioeconómicas", apunta el chileno Alex Olmedo, que es propietario de un hotel, un restaurante y una tienda de ropa.

Aunque los precios de los productos básicos son sensiblemente más caros que en Chile, el producto interior bruto (PIB) per cápita en el país austral es de 16.929 dólares, mientras que en las Malvinas asciende a unos 69.000.

El pasado 9 de febrero, un grupo de unos 60 chilenos se manifestó en Puerto Stanley enarbolando banderas de su país y del Reino Unido para expresar su apoyo a la posición británica y rechazar una eventual suspensión de los vuelos de la aerolínea chilena LAN al archipiélago.

"El sentir general de los chilenos es que están integrados y que apoyan la causa británica", dijo en declaraciones a Efe un ciudadano chileno dueño de un negocio en Puerto Stanley que prefiere mantener su identidad en el anonimato.

Del mismo modo opina Álex Olmedo, chef chileno de 21 años, que también defiende la postura de sus vecinos y critica el apoyo que desde 1990 han dado los gobiernos chilenos a la reivindicación argentina de la soberanía del archipiélago.

"Aquí no hay nadie que haya sido plantado o trasplantado. Es una población con orígenes británicos y nunca ha habido otro tipo de sociedad. El reclamo por parte de Argentina no tiene sentido ni fundamento", argumenta Olmedo.

Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Chile decidieron en diciembre pasado negar la entrada a sus puertos de barcos con bandera de las islas Malvinas.

Pero a juicio de este joven chileno, con decisiones así "los países sudamericanos están apoyando una causa que no respeta el derecho a la autodeterminación de la población local".

Miguel Barrientos cree que hay "desinformación" acerca de este problema, una circunstancia que él atribuye al hecho de que en las Malvinas no haya representación diplomática alguna de su país.

A principio de los años noventa apenas había contacto con Sudamérica, pero en las últimas dos décadas, con la llegada de numerosos ciudadanos extranjeros, se ha producido un gran cambio social, según Olmedo.

De hecho, según el censo de 2006, sólo 1.344 personas de las 3.000 que viven en las Malvinas han nacido allí. El resto son foráneos, incluida una treintena de ciudadanos argentinos.

Los principales sectores económicos en las islas son la hostelería, la construcción y la agricultura, según datos del gobierno local, pero Olmedo explica que como hay tan pocos habitantes, es normal realizar varias actividades paralelas.

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