Naciones Unidas, 2 sep.- El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, expresó hoy su preocupación ante el deterioro de la situación en la región sudanesa de Kordofán del Sur y los últimos combates en la provincia del Nilo Azul, y pidió un alto el fuego para que las agencias humanitarias puedan ayudar a los civiles.
"El secretario general pide a las partes que cesen de inmediato todas las hostilidades y permitan el acceso de las agencias humanitarias a todas las áreas afectadas para llevar ayuda fundamental a la población civil", indicó la oficina del portavoz de Ban en un comunicado distribuido en Nueva York.
Ban dio la bienvenida en este sentido a los recientes esfuerzos liderados por el primer ministro de Etiopía, Meles Zenawi, a quien agradeció su intento de que "las partes resuelvan sus diferencias a través de medios pacíficos y políticos".
El llamamiento del máximo responsable de la ONU se produjo después de que el Ejército de Sudán informara de que sufrió un ataque en la provincia del Nilo Azul a manos del Movimiento Popular para la Liberación del Sudán/Sector Norte (MPLS-N), frente a la versión del grupo rebelde, que acusó a los militares de empezar las hostilidades.
El MPLS/Sector Norte es la facción en Sudán del MPLS, que luchó por la independencia del Sur de Sudán durante dos décadas y actualmente gobierna el nuevo país, que nació en julio pasado.
El temor actual en el país es que pueda repetirse en el Nilo Azul una pauta similar a los combates que se desarrollan actualmente en la provincia de Kordofán del Sur desde el pasado 5 de junio, pese a varios intentos fallidos de alto el fuego.
Esta misma semana Naciones Unidas ya aseguró que Kordofán del Sur se enfrenta a una "catastrófica" crisis humanitaria debido a la negativa de las autoridades de Jartum a permitir la entrada de ayuda humanitaria a la zona y a la continuidad de los enfrentamientos.
Más de dos millones de personas murieron en la guerra entre el norte y el sur de Sudán que comenzó en 1983, cuando el régimen de Jartum impuso la ley islámica en todo el país, y los rebeldes sureños, de mayoría cristiana y animista, se levantaron en armas.
El conflicto concluyó con la firma de un acuerdo el 9 de marzo de enero de 2005, que incluía la formación de un gobierno autónomo transitorio y la celebración seis años después de un referéndum que finalmente aprobó en enero de este año la secesión del Sur.
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